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El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Balears, Gabriel Oliver, solicitó ayer a los Ayuntamientos de las Islas que rebajen la fiscalidad sobre la construcción para abaratar el coste final de la vivienda, cuyo precio ha subido un 125 por ciento en los últimos cinco años mientras que los salarios han aumentado en torno al 20 por ciento en el mismo periodo de tiempo. Estiman que esta rebaja fiscal podría generar una reducción de entre el 4 y el 5 por ciento en el precio de final de la vivienda.

La asociación de promotores ha solicitado a los consistorios de Balears mediante carta que incluyan en sus próximas ordenanzas fiscales las bonificaciones máximas previstas por la ley sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICO), al tiempo que piden a los ayuntamientos que no agoten el límite de gravamen máximo estipulado para estos tributos del 4 por ciento. Además, los promotores denuncian que en algunos municipios el coste de la tasa de licencia de obras equivale al precio del proyecto básico, por lo que piden una adecuación de dicho coste a los servicios realmente prestados por la administración local.

Gabriel Oliver recordó que el coste del suelo, la fiscalidad y la ejecución de obra configuran el 85 por ciento del precio final de la vivienda. De ellos, el capítulo de tasas e impuestos estatales, autonómicos y municipales suman entre el 20 y el 23 por ciento del precio final y un tercio de ese procentaje corresponde a fiscalidad local.

Oliver explicó que la rebaja de la fiscalidad municipal es sólo una de las medidas que deben de tomarse en el Archipiélago para que en el mercado local balear tengan la posibilidad de adquirir una vivienda. Respecto del suelo, que representa entre el 30 y el 45 por ciento del precio de la vivienda y que ha experimentado un encarecimiento del 350 por ciento en los últimos cinco años, proponen su liberalización parcial combinada con protección específica.