Zapatero prometió ejercer el poder con diálogo y tolerancia.

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José Luis Rodríguez Zapatero desató la euforia entre los socialistas de Balears a falta de cinco meses para las próximas elecciones municipales y autonómicas. En un mitin que reunió a más de 1.500 personas en el Auditórium, el líder socialista prometió que si gana en las elecciones de 2004 Balears dejará de ser castigada por el Gobierno central y aseguró que el president Antich también será recibido en La Moncloa. Zapatero anunció compensaciones por la insularidad y dijo que los descuentos aéreos para los residentes van a aumentar.

«Os vais a sentir orgullosos de mi gobierno como os podeis sentir orgullosos del Gobierno de Xisco Antich, que no era un paréntesis sin una gran esperanza para Balears. Y en el año 2004 Balears y su gobierno se sentirán escuchados y apoyados», dijo Rodríguez Zapatero.

El secretario general del PSOE, que fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos, considera que «lo importante es que los ciudadanos se sientan representados y reconocidos por el Gobierno de España porque lo contrario es una actitud de sectarismo». «Cuando yo sea presidente habrá un gobierno en el que los ministros se dedicará a gobernar y no a meter el dedo en el ojo a los gobiernos autonómicos», aseguró.

Rodríguez Zapatero pidió a los militantes socialistas que hagan una campaña ejemplar en las próximas elecciones y que dediquen «el 90 por ciento del tiempo a tratar los problemas de los ciudadanos y sólo el 10 por ciento al PP, que no merece más tiempo». Según Zapatero, el Gobierno de Aznar se ha dedicado en los últimos meses a crear un clima contra la política. «Y hemos de hacer un acto de pedagogía. No ha fallado ni el Estado, ni los partidos, ni las instituciones. Ha fallado el Gobierno de Aznar. Ahora, que gobiernan con mayoría absoluta, deben asumir sus responsabilidades», reclamó.

El secretario general del PSOE recordó que cuando el Ejecutivo de Aznar aprobó el "decretazo" «dijeron que era una maravilla, y que la culpa era de los parados, que no querían trabajar». «Hubo una contestación social, una huelga general, aunque durante varios días tuvimos un gobierno desinformado». Zapatero destacó que, a propósito del incremento del precio de la vivienda, el ministro Alvarez Cascos -a quien el secretario general lo definió como «ese atleta de la imaginación»- dijo que dicho aumento se debía a que «los españoles ganaban mucho dinero».