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La iglesia de La Anunciación de Palma vivió desde las primeras horas de la mañana la consternación, el dolor y el llanto de los fieles incondicionales de la devoción de La Sang. Unos, acudían para interesarse por los detalles del suceso y ver los desperfectos. Otros, portando cirios o flores para pedir o agradecer algún favor, sin haberse todavía percatado de nada.

Fueron éstos últimos, sobre todo personas mayores, quienes prorrumpieron en llanto, y también algún que otro joven y de mediana edad. El prior Jaume Rovira y el capellán Ricardo Ramos atendían a todos y cada uno de quienes les asediaban a preguntas. Entre los más afectados estaban los sobreposats, y prohoms, quienes se encargan de portarlo a hombros y custodiarlo.

Entre éstos últimos, Miguel Casado señaló que «al no haber una legislación para estas personas enfermas y no preocuparse por ellas las instituciones, campan por su cuenta», y Vicenç Comas dijo que «con el cuidado que siempre hemos tenido al desplazarla y si llovía no salíamos en procesión, ver que nos ha pasado eso, es una puñalada fuerte». El presidente de la Asociación de Cofradías comentó que «sólo puede ser obra de un perturbado. No creía que el daño sería de este alcance».

El vicepresident del Govern, Pere Sampol, se personó a media mañana. En el claustro manifestó: «Me parece un desastre por el valor sentimental que representa para los mallorquines y por el interés patrimonial». La consellera de Cultura del Consell de Mallorca explicó: «Pensamos colaborar para la recuperación de la imagen. Tenemos un convenio con el Obispado y se le dará prioridad para que salga en Semana Santa. Hay interés, ya que el Sant Crist es el patrón del Consell».