TW
0

Que Salvador Miró se haya proclamado campeón de Balears de padel no es noticia. Ya lo ha sido en otras diez ocasiones más una de España, en absolutos, y otras dos como subcampeón. La noticia está en que Salvador el pasado mes de diciembre, el 14 para ser más exactos, sufrió un infarto cerebral que a punto ha estado dejarlo mermado de facultades, «lo cual para mí, que vivo del deporte, hubiera sido fatal». Salvador nos recuerda que sufrió el infarto más o menos cuando el duque de Lugo, don Jaime de Marichalar. «Por lo que veo he tenido más suerte que él, pues mientras él no ha quedado bien, yo vuelvo a ser como el de antes».

Según recuerda, aquella mañana al levantarse, y cuando se fue a apoyar en el pie izquierdo «me caí y al intentar levantarme me di cuenta de que la parte izquierda de mi cuerpo no me respondía, que se me había quedado paralizada. Mi mujer me llevó a la clínica, donde me diagnosticaron infarto cerebral. Salí de allí en silla de ruedas, aunque sólo me serví de ella un día. Me dije que tenía que hacer todo lo posible para volver a ser el de antes, aunque no lo veía fácil, pues una parte de mi cuerpo no respondía. Me puse en contacto con Joan Forcades, mi entrenador de toda la vida, y le pedí ayuda. Enseguida comenzamos a trabajar».

Él vive en un noveno piso y me dijo que fuera a su casa. «Ahora sube a pie la escalera». Tardé 45 minutos. No sé cómo lo conseguí, pero ya estaba arriba. Días después comezamos a trabajar sobre una plancha vibratoria a fin de endurecer mis músculos. Dicen que las vibraciones son lo mejor para el mal que padecía; alguien me contó que los que trabajan con compresores son personas muy fuertes. En eso estuve unas semanas, día a día, sin desfallecer. A los dos meses, cojeando y sin apenas reflejos, empecé a golpear la pelota. Recuerdo que no daba ni una, y que aquellos a los que ganaba fácilmente, ahora me ganaban a mí. l P.P.