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El trote, a pesar de los esfuerzos del Consell de Mallorca, no es un deporte muy popular entre los más jóvenes. De hecho, no se trata, como se sabe, de un deporte de masas. En todo caso, y especialmente en los últimos años, se ha hecho un gran paso adelante para popularizarlo, para romper el círculo cerrado que siempre se ha dicho que formaban los aficionados a este deporte.

Es una evidencia que los responsables del mundo del trote, ya sean de la Federación, de la Associació de Propietaris y Criadors de Cavalls de Trot o de los distintos hipódromos, tienen por delante retos especialmente importantes. Nadie puede dudar de la capacidad de crecimiento del trote, después de comprobar que más de veinte mil personas acuden el tercer domingo de mayo al hipódromo de Son Pardo para presenciar el Gran Premi Nacional, la cita más importante del calendario. Se trata "claro está" de aficionados potenciales que hasta ahora no han conseguido fidelizarse.

Otro gran reto pendiente es la inclusión de los hipódromos como oferta complementaria para los turistas que cada año visitan Mallorca. Muchos de ellos provienen de países con una larga tradición de trote y son también «clientes» potenciales de Son Pardo o del Municipal de Manacor. Este año, en todo caso, el Institut de l'Esport Hípic de Mallorca ha abierto una nueva y atractiva vía de promoción del trote. Se trata, en definitiva, de abrir el hipódromo de Son Pardo a las escuelas. Y es que desde el mes de septiembre se realizan visitas guiadas en el hipódromo, donde los escolares pueden conocer cómo es el mundo del trote. El miércoles pasado, un grupo del colegio público Alexandre Rosselló visitó la instalación.