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El proyecto de reestructuración de la recogida de residuos sólidos urbanos que se inició en sa Llonja el pasado 18 de octubre, con la retirada de todos los contenedores situados en el interior de la zona y la instalación de tres únicos puntos de recogida, «está teniendo efectos positivos pese a pequeños problemas de ámbito menor», indicó ayer la presidenta de EMAYA, Maria Crespo. A lo largo de las primeras semanas, empleados de la empresa detectaron que algunos ciudadanos dejaban las bolsas de basura en los lugares donde antes habían estado situados los contenedores.

Descubierta esta anomalía, sus controladores medioambientales, en colaboración con la Patrulla Verda de la Policía Local, pusieron en marcha la denominada «tolerancia cero», consistente en un control exhaustivo de la zona. Esto trajo como resultado la imposición de seis sanciones, cuatro por dejar residuos en las calles y dos por llevar perros sueltos. En los últimos días y tras más de 250 actuaciones informativas por parte de los controladores, los ciudadanos de esta zona han vuelto a depositar los residuos en los tres únicos puntos establecidos: Drassana, Plaça de la Reina y Passeig Sagrera.