TW
0

Las frutas de otoño han hecho su aparición en los mercados municipales, rivalizando en lozanía y cantidad. Las lluvias han sido propicias y la cosecha, por tanto, abundante. Las conocidas antaño como fruites de butxaca, a las que apenas se les daba importancia por tenerlas a mano en los árboles de los patios o corrales de las casas de planta baja, han experimentado un auge en consumo y aumento de precio debido a los caprichos de la denominada cocina de autor o nouvelle cuisine, en las que forman parte integrante de salsas o delicadas guarniciones por exigencias de los chefs.

Entre las frutas más solicitadas se encuentran los caquis, ideales para elaborar mermeladas y ayudar al buen funcionamiento de los intestinos. Estos se venden entre los 3 y los 2'50 euros kilo. Las granadas, procedentes de la zona de Alicante y Murcia, se venden a 2'30 euros y los membrillos, para compota, entre los 3 y los 2'30 euros.

Las más dulces, las pequeñas frambuesas, grosellas, fresas y moras, que se venden, para que no se estropeen en bandejas, se venden entre los 3'50 y los 4 euros unidad. Por último las azufaifas grandes o gínjols a 1'80 euros kilo. Estas han ido desplazando a la diminuta variedad mallorquina, que cabía en el bolsillo, de ahí lo de fruites de butxaca de buen sabor y mejor bouquet.