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Los vecinos de es Molinar y numeroso público asistió ayer tarde a la procesión terrestre-marítima en honor a la Verge del Remei, patrona de esta popular barriada marinera palmesana. Las entidades organizadoras acordaron este año adelantar una hora la salida del cortejo por lo que éste ganó en luminosidad, colorido y participación, tanto por tierra como por mar. Como preámbulo, la cofradía Nuestra Señora del Remedio organizó un alegre pasacalles que contó con la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora de la Esperanza y numerosos cofrades, encabezados por el presidente, Miguel Castro.

La imagen de la Virgen del Remei salió del templo parroquial a las siete de la tarde rodeada por sus cofrades y portada a hombros por el concejal José Manuel Sierra; el presidente del Club Náutico Molinar de Levante, Rafael Vallespir; el presidente del Club Náutico Portitxol, Pedro Antich; Paco Frau, Miquel Obrador, Miguel Castro, Jaume Ginart y Guillem Ginart. Detrás de la imagen la acompañaron la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, y la concejal María José Frau. Cerca del Club Molinar se sucedieron los relevos de socios, pescadores y feligresas, discurriendo la procesión por la primera línea del paseo marítimo de es Molinar. Llegada la comitiva a la zona de es Portitxol se unieron a la misma el alcalde de Palma, Joan Fageda, y el concejal presidente del Institut Municipal d'Esports, Gaspar Oliver.

Muy emotiva resultó la llegada de la Verge del Remei al Club Náutico Portitxol. Se soltaron cohetes mientras el público dedicaba aplausos a su patrona. Allí, a través de megafonía, sonó un cántico mariano para luego ser embarcada en el Vimi, un precioso llaüt mallorquín, propiedad de Miguel Borrás Obrador, que cumplía 34 años en la actividad de pasear a la Virgen. Los miembros de la tripulación lograron una colorista decoración a base de paperins de color azul y rojo en el mástil y gran cantidad de banderas mallorquinas colocadas de proa a popa. Desde el club la embarcación puso rumbo hacia la zona del primer Molinar, seguida de otras muchas barcas engalanadas para navegar dando un rodeo hasta el segundo Molinar.

La embarcación realizó una parada en alta mar a la altura del Molinar de Levante y desde tierra se prendieron fuegos artificiales. La entrada de la imagen de la Virgen en los amarres del club estuvo amenizada con los sones a través de megafonía del himno de Infantería de Marina, la Salve Marinera. En este recinto los organizadores dispusieron un catafalco en el que instalaron a la Verge del Remei, donde se le rindió una ofrenda floral por parte de los vecinos. Como es costumbre, las mujeres de los marineros fueron las encargadas de devolver a hombros la imagen a la parroquia. Según explicó el presidente del club, Rafael Vallespir, «se sigue de esta manera la tradición por ser antaño las mujeres de los pescadores quienes les esperaban en este recinto a su regreso».