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La baja rentabilidad que registran los productos bancarios tradicionales y los cambios en la cultura financiera de los ciudadanos, han propiciado la penetración de los productos de inversión tanto entre los pequeños coomo en lo medianos ahorradores.

Cuentas corrientes y de ahorro, depósitos a plazo y un largo etcétera dejan paso a los fondos de inversión o, incluso, a la inversión directa en bolsa por parte de antiguos clientes de la banca tradicional, de ahí los procesos de diversificación que la mayoría de entidades financieras están llevando a cabo en los últimos años, como fórmula para maximizar la captación de recursos de clientes que se les escapan, buscando rentabilidades mayores para sus ahorros.

Algunos analistas financieros consultados por este periódico recomiendan actualmente invertir en bolsa porque está barata y porque las perspectivas económicas a medio plazo son buenas. Proponen a los pequeños inversores que opten por productos que no puedan generarles graves pérdidas en el corto plazo y que les garanticen rentabilidades aceptables en el medio plazo, caso de los «multigestión».

Se trata de fondos que invierten en otros fondos y no lo hacen directamente en títulos de bolsa, lo que permite escoger a los mejores gestores de cada país y para cada sector en que se quiera realizar la inversión.