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Un solo diseño y un solo color, el azul, fueron la última moda el martes por la noche en Sant Llorenç. Raro era el que no lucía la misma camiseta con el logotipo, ya fueran pequeños, grandes o mayores. Sobre las 22 horas ya comenzaban a aparecer en la plaza del Ajuntament los más «deportistas», aquellos que tienen que demostrar un año más que están més sans que un gra d'all. Eran las 23 horas y ya no cabía nadie más.

Se daba el pistoletazo de salida a los 3.500 participantes de la IX Cursa Popular, un acto tradicional en las fiestas de Sant Llorenç que año tras año reúne a gente de toda la comarca con el objetivo de pasar una velada divertida más que demostrar las habilidades en los cien metros lisos. Y es que los improvisados atletas se marcaron un buen recorrido por las calles céntricas del pueblo siguiendo el ritmo del «Ave María», de David Bisbal, o del «Aserejé», de Las Ketchup.

Padres empujando cochecitos o con los más pequeños a hombros, jóvenes luciendo palmito, señoras mayores a su ritmo... Gente de todas las edades se puso las camisetas de la carrera «Més sans que un gra d'all». Aquellos que sufrían por el calor, simplemente tenían que pasar por debajo de s'escaleta, donde se habían instalado unos chorros de agua para refrescarse. Aunque algunos no lo sabían y les pilló de sopetón. Desde los pisos y casas particulares también contribuyeron a la causa y de tanto en cuanto lanzaban un cubo de agua para refrescar los ánimos.

La fiesta continuó a medianoche en la plaza del Ajuntament, donde se había organizado la fiesta de la espuma. La discoteca tampoco faltó pero no todos tuvieron fuerzas para bailar. Fue una larga noche.