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Stefan Pichler, presidente de la Junta Directiva de Thomas Cook, el segundo grupo turístico más importante de Europa, instó ayer al Govern a actuar de inmediato para frenar la caída del sector en Balears (valorada en un descenso del 24% en ventas) y achacó el problema a la ecotasa y a la baja competitividad de los precios.

En conferencia de prensa, dijo en la Platja de Palma que «hay diferentes factores de crisis, quizás el más importante es la mala imagen que tiene Balears en muchos países europeos, en especial en Alemania. Todas las discusiones sobre la ecotasa, ruidos por obras, huelgas, sequía, etc... llegan al continente multiplicados por diez. No estoy en condiciones de comentar aspectos políticos. Pero queremos hacer referencia a las consecuencias de estas decisiones. Éstas son: que los turistas irán a otros destinos, gastarán en otros lugares, y con la consecuencia que vamos a poder mantener menos puestos de trabajo como Balears, con pérdidas para todos».

Aunque Pichler eludió hablar directamente del Govern, hizo numerosas alusiones a éste, culpándole en parte de la mala racha turística de esta temporada. «La situación en Europa no es muy alentadora: titulares negativos como caída de bolsas, desempleo o encarecimiento han disuadido a muchos turistas a irse de vacaciones. No en todas las regiones esta evolución ha sido igual, ha habido regiones como Bulgaria y Croacia que han registrado crecimiento, mientras que Balears ha registrado un descenso de más del 20%. Esto significa que la involución es macroeconómica, pero por otra parte es también local, casera, como es el caso de Balears. Este problema de imagen tiene que solucionarse. La política y la industria turística tienen que trabajar juntas».

El alto ejecutivo explicó también las medidas que se pueden llevar a cabo en caso de no solucionar este «problema», y apuntó la necesidad de ofrecer un nivel de precios más competitivos. «Como consorcio hemos reducido nuestros gastos internos por valor de medio millardo de euros. Queremos motivar a los clientes que viajen a Mallorca, y el argumento mejor es el precio, por supuesto. Con ello, queremos estimular de nuevo la demanda. Con la mayoría de nuestros socios hoteleros en Balears hemos podido consensuar unos precios atractivos y estamos creado los requisitos indispensables para reanimar la demanda».

Según Pichler, se necesita la colaboración local, «pero al mismo tiempo es importante que también los otros prestatarios dentro del negocio turístico también controlen sus precios. En Alcúdia se pagan 6'70 euros por dos tumbonas al día y esto disuade a los turistas que prefieren ir a Bulgaria donde este servicio es gratis. Los diferentes destinos se encuentran en situación de competitivad. El cliente selecciona y decide aquel que ofrece mejores precios. En aquellas regiones que estén en condiciones de ofrecer buenos precios, se generan beneficios, puestos de trabajo, etc...Y esta lógica la debe tener en cuenta la política a la hora de adoptar todo tipo de medidas».

En un suave tono de amenaza, el estratega alertó de nuevo: «Una y otra vez hemos leído en las grandes revistas que en Mallorca los turistas ya no son bienvenidos. Hay que acabar de una vez con todas con todas estas noticias negativas».