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Cuando parecía que el futuro de nuestras necesidades energéticas estaba perfectamente dibujado con la construcción de un gasoducto que enlazaría Valencia con Mallorca y Eivissa, ahora el Ministerio de Economía parece no descartar otras opciones, en contra del criterio del Govern de Francesc Antich. Así lo indicaba ayer Bartomeu Reus, presidente de GESA-ENDESA y ex conseller del anterior Govern del PP, al mismo tiempo que pedía «flexibilidad» al Ejecutivo autonómico. Y es que, según parece, vuelve a plantearse desde Madrid la posibilidad del cable submarino y la de una central de regasificación a la que el gas natural llegaría mediante barcos. La alternativa del cable se descartó inicialmente debido a su elevado coste, a que no podría contar con subvención alguna de la Unión Europea (UE) y, finalmente y sobre todo, por su inviabilidad técnica. Parece evidente que estas dificultades, no pueden haber sido superadas, por lo que sería razonable que desde el Gobierno central se contemplara con realismo el futuro y no se jugase al enfrentamiento político con un asunto que afecta a todos los ciudadanos de Mallorca.

Los ciudadanos no saben cuál es la mejor opción, pero sí que el asunto ya quedó debatido en su momento. ¿A qué viene ahora replantearse las otras alternativas? Como señalaba ayer Francesc Antich, el Parlament se decidió a favor del gasoducto. Reabrir ahora la cuestión, salvo que se presente una alternativa indiscutiblemente mejor, sólo conseguiría retrasar la puesta en marcha del gasoducto. En los tiempos que corren, Mallorca no puede perder un solo minuto en discusiones estériles por mor de una polémica abierta desde Madrid que parece más una iniciativa para marear la perdiz que un planteamiento serio.