TW
0
PERE BONNIN Después de haber rezado ante el Muro de las Lamentaciones, Nissan ben Abraham nos condujo al pueblo de Siló, o Shilo en su trascripción inglesa, en el que ejerce de maestro. El taxista llevaba la cabeza cubierta con la kipá (solideo) y no fue necesario indicarle que pusiera el taxímetro. Pedro Prieto y yo habíamos tenido antes un agarrón con un taxista árabe, que encima de negarse a poner el taxímetro, no quería darnos el recibo. Se lo explicamos al estilo Van Gaal: «Tú ticket, yo shekels; tú no ticket, yo no shekels». Cuando vio que íbamos en serio, nos maldijo por Mahoma, por Arafat y por los mártires de Al Aksa, pero nos dio el ticket. Janna Simon (Aina Canals) nos había advertido que exigiésemos siempre a los taxistas que pusieran el taxímetro, o de lo contrario te pegan una clavada de espanto.

La estación central de autobuses, en Jerusalén, es nueva, moderna y con unas medidas de seguridad tan estrictas como las del aeropuerto. Nada más entrar, fuimos cacheados y nuestro ligero equipaje pasó por la cinta de rayos X. Existen numerosas tiendas y restaurantes. En el primer piso se compran los billetes y se accede a los autocares tras pasar un nuevo control. El autobús que nos llevó a Siló parecía desvencijado. En realidad tenía un potente motor capaz de arrastrar, además del peso de los pasajeros yendo lleno, el lastre del blindaje de plomo de la carrocería y de los cristales antibalas. Se debatía estos días, tras los atentados terroristas de Emmanuel y Tel Aviv, la necesidad de blindar también el techo de los autobuses de línea. Pero, además de ser de costoso, requeriría un motor muchísimo más potente. Siló es un islote judío rodeado de poblaciones árabes bajo el control de la Autoridad Palestina. Se ha construido una variante que evita acercarse a Ramala, centro de operaciones de Yaser Arafat. El autobús se detiene en cada pueblo israelí, generalmente cerrado por una barrera a causa de las infiltraciones de terroristas palestinos. También Siló tiene barrera con un guarda, pero no está cercado con muros ni alambradas. Nissan ben Abraham opina que las barreras están para saltárselas y que tantas medidas preventivas sólo te dan la ilusión de seguridad.

Siló está situado sobre una colina. Antes de entrar en su casa, Nissan nos muestra el magnífico paisaje, escenario de 5.762 años de historia judía. Extiende el brazo señalando la colina de enfrente: «Aquello es Cariot». Nissan nos explica que Iscariote o Ishcariot, en su trascripción inglesa, significa hombre de Cariot (Ish Cariot). Pedro Prieto estaba obsesionado con ese pueblo desde que yo le dije que Judas Iscariote, llamado el traidor, era en realidad el más inteligente y prudente de la pandilla de discípulos de Jesús. En la cena de Betania en casa de Simón el leproso, María, hermana de Lázaro el resucitado, ungió a Jesús como rey de Israel. Algunos asistentes protestaron por lo que consideraron una encerrona política. Judas percibió claramente el peligro que suponía para Israel desafiar de este modo al invasor romano y a la dinastía colaboracionista de Herodes. Entonces fue a contar sus cuitas al Sumo Sacerdote con el fin de evitar un disparate que podría desembocar en catástrofe. No pudo evitarlo y, a pesar de que los romanos detuvieron y ejecutaron a Jesús por sedicioso, el desastre se consumó en el año 70 con la destrucción del templo y el comienzo de la diáspora.

Nissan, padre de once hijos, vive modestamente. Su esposa no estaba en casa. Él se halla muy ocupado. Por la mañana ejerce de maestro, por la tarde da clases de Torá, de Mishná y realiza los encargos de la comunidad. En Siló hay once rabinos, uno de ellos oficial. La función de rabino incluye desde hacer una circuncisión, visitar enfermos, atender a quienes acuden en busca de consejo, hasta escribir sobre pergamino los versículos de la Torá que se colocan en los tefilín y en la mezuzá. De esto último Nissan nos hizo una pequeña demostración. La palabra 'mezuzá' significa literalmente jamba de la puerta. En las casas judías, incluso en la habitación de nuestro hotel, hay unos tubitos a veces ricamente decorados clavados en una jamba de la puerta de entrada. Esos envases contienen un rollo de pergamino con textos del Deuteronomio (6:4"9 y 11:13"21). En el reverso del pergamino figura escrita la palabra hebrea Shadai, Todopoderoso, uno de los nombres de Dios. Esta palabra se interpreta también como acróstico de Shomer Daltot Israel o Guardián de las Puertas de Israel.

Primera capital de Israel, el pueblo de Nissan, Siló, es una avanzadilla de Israel no sólo por tratarse de un enclave en territorio sometido a la Autoridad Palestina, sino porque fue la primera capital de los hijos de Israel antes de la conquista de Jerusalén. El Mishkan o Tabernáculo estuvo aquí durante 369 años en los siglos XI y XII antes de la Era Común (a. EC.). Siló es probablemente el lugar histórico más espectacular de Israel. Nissan nos enseñó la sinagoga y nos explicó que era una réplica del Templo provisional construido en Siló por los israelitas. La precaria situación actual provocada por el terrorismo palestino desaconsejó la visita a las excavaciones de la ciudad antigua, situada al pie de la colina donde se ubica la actual Siló.

La llamada actualmente Tel Shilo, donde estaba el templo provisional que contenía el Arca de la Alianza, era el centro espiritual de los hijos de Israel. Aquí vino Ana, la madre del profeta Samuel, para pedir a Dios que le concediese un hijo varón. «Con el corazón lleno de amargura y derramando muchas lágrimas, Ana oró al Señor y le hizo una promesa: Señor, Dios de Israel, si te dignas a ver mi aflicción y [...] me das un hijo varón, te lo consagraré y como señal no le cortarán nunca los cabellos». (Samuel I 1:10-11) Desde entonces numerosas mujeres venían a Siló de todos los confines del mundo para pedir a Dios la gracia de ser madres.

Siló fue escenario de otro episodio bíblico relacionado con la maternidad y la propagación de la especie. La tribu de Benjamín fue excomulgada por el horrible maltrato que habían dado a las mujeres. En la asamblea de Mispá, las demás tribus juraron que no darían una hija en matrimonio a ningún benjaminita. Pero, al mismo tiempo, se lamentaban de que, por este castigo, una de las doce tribus estuviese condenada a desaparecer, pues sus mujeres habían sido exterminadas. Entonces los ancianos aconsejaron a los mozos de la tribu de Benjamín que se escondiesen en los viñedos de Siló. «Cuando veáis que las chicas de Shilo salen en grupo a danzar, salid de los viñedos. Que cada uno de vosotros rapte una muchacha y marchaos a vuestra tierra». (Jueces 21: 20"22) De este modo los benjaminitas pudieron reconstruir y repoblar sus ciudades, sin que los miembros de las demás tribus hubiesen roto el juramento.

Este episodio, acaecido el día 15 del mes de Av, dio lugar a la fiesta judía de Tu be Av, que todavía se celebraba en el período del segundo Templo. Las jóvenes solteras, luciendo vestidos con adornos blancos, prestados, danzaban en los viñedos de Judea incitando a los mozos para que eligiesen esposa. En Siló, antes de estallar la segunda intifada palestina, se celebraron bodas en Tu be Av para conmemorar aquella efeméride bíblica que marcó la reconciliación de los israelitas con la tribu de Benjamín. Pero, a pesar del terrorismo y de la espantada de turistas, siguen celebrando la fiesta de Tu be Av con música pop religiosa y mucha diversión.

Una expedición danesa entre los años 1922 y1932 efectuó la primera excavación arqueológica. Los numerosos objetos hallados se guardan en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague. Las excavaciones danesas se interrumpieron en el año 1932, porque los árabes de Cariot asesinaron a los arqueólogos. En 1980 Yisrael Finkelstein, un arqueólogo de la Universidad Bar Ilan, situada cerca de Tel Aviv, efectuó cuatro excavaciones y encontró numerosos objetos, entre ellos monedas y ánforas. Estos objetos se guardan en la Universidad Bar Ilan. En 1981-1982 Zeev Yeivin y el rabino Yoel Bin-Nun excavaron en el área rocosa el presunto lugar del Tabernáculo. Se encontraron cerámicas y figurillas egipcias. Asimismo se descubrieron los restos de una construcción que pudo haber sido el templo provisional.

El 22 de noviembre de 1998, tras dos semanas de excavaciones entorno al antiguo edificio de Jama Ithi'im (restos de una iglesia bizantina), fue hallado un mosaico bien conservado con la imagen de la estrella de David en el piso, que evidenciaba la existencia de una antigua sinagoga. Estos descubrimientos convirtieron Siló en un centro de atracción turística. Los visitantes caminaban por los muros de la ciudad antigua, rodeada de colinas, y contemplaban la limpia estructura de lo que aparentemente fue el lugar donde estaba el Mishkan o Tabernáculo. En las colinas del entorno existen otros yacimientos arqueológicos en los que se han hallado restos de objetos de cerámica, probablemente usados por los antiguos peregrinos para preparar sus ofrendas sagradas, según se describe en los libros de los profetas.

Antes había visitas organizadas a Tel Shilo, o ciudad antigua de Siló, para familias o grupos pequeños, o bien para autobuses llenos de turistas. Cada año se celebraban festivales en los que se combinaban las actividades regulares de la visita con espectáculos especiales de artistas invitados. Centenares de turistas acudían a Siló para una visita breve a las excavaciones o una excursión de todo el día. La visita guiada incluía una presentación audiovisual de la vida de los israelitas antes de ir a Jerusalén, el recorrido por los yacimientos arqueológicos, por los viñedos, cavas y prensas de vino, con posibilidad de probar y adquirir los caldos, la asistencia a espectáculos bíblicos, etc. Pero la entifada ahuyentó a los turistas.

Siló también ha sufrido el sangriento azote del terrorismo palestino. Nissan nos contó que dos alumnos suyos habían sido asesinados por los terroristas y un tercero quedó malherido. Cada noche los vecinos se turnan para hacer guardia. Existe, sin embargo, la posibilidad saltarse el turno pagando a otro para que haga la guardia en su lugar. «Yo lo hago, porque a la mañana siguiente tengo que dar clases en la escuela y necesito estar despierto», explica Nissan. Luego, mientras esperamos el autobús, nos confiesa que la gente de Siló apenas se atreve a salir sola del pueblo y llegar a la carretera general, que está a cuatro pasos. Sin proponérselo, nos ha metido el miedo en el cuerpo. Camino de Jerusalén, en la parada de otro pueblo, sube al autocar un hombre que lleva cubierta la cabeza con la kipá y colgado del hombro derecho un espantoso subfusil ametrallador. Pienso que el miedo está plenamente justificado.