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Piragüismo, escalada, tiro con arco, orientación o simplemente rescatar a Harry Potter son algunas de las actividades que realizan los cientos de niños que un año más han vuelto a llenar el campamento de la Victòria de Alcúdia. Había algunas dudas hace unos meses, ya que el temporal que azotó la Isla dejó las instalaciones en muy mal estado, pero una buena labor de reconstrucción lo ha dejado todo como estaba, a falta de algunos detalles. Y eso ha posibilitado que cinco grupos de campistas de entre 8 y 14 años traigan la alegría a este privilegiado lugar que se levanta entre el mar y la montaña. El campamento acoge a dos grupos del Ajuntament de Palma, uno de la Cruz Roja, otro del Govern balear y unos simpáticos chavales que han venido desde la Rioja para pasar unas semanas en Mallorca.

Por aventura, por pasar el verano en contacto con la naturaleza, por jugar o por aprender, el caso es que los chavales se lo pasan en grande en todo momento. Cualquier instante acaba siendo algo divertido, como la hora de la comida, cuando se reúnen todos los grupos después de las actividades matinales y se «pican» a cantar y bailar entre croqueta y croqueta. La sobremesa supone unas horas de tregua para los monitores, que en todo momento están pendientes de sus chicos. Es el momento del descanso, de los juegos de mesa, de la siesta antes de volver a retomar las actividades, que se prolongan hasta bien entrada la tarde. Éstas varían en función del grupo. Los mayores, que son los más lanzados, disfrutan con los deportes de aventura como la espeleología, la escalada, el piragüismo o los cursillos de orientación, que en muchos casos les facilitan los de Náuticaventura. En eso están los riojanos y los chicos del Ajuntament.

Los pequeñines encuentran la diversión con las animaciones, los trabajos manuales y el deporte, que siempre gira en torno a un tema. Así, por ejemplo, el grupo de la Cruz Roja investiga sobre el mundo de la magia y muy concretamente el entorno de Harry Potter. Los chicos se convierten en aprendices de magos que tienen que ayudar al pequeño Harry. Y no menos complicado lo tienen los chicos del Govern, a quienes los dioses malignos les han destruido su poblado vikingo, que ellos tienen que reconstruir.

El tramo final del día se dedica a la higiene, la cena y la velada, en la que los juegos, concursos y pruebas continúan. La lectura de la «bústia», el correo que los críos han ido dejando a lo largo del día en un buzón, cierra la intensa jornada. Aunque siempre encuentran un momento en la noche para comentar con los compañeros en la tienda todo lo que ha pasado durante un largo día lleno de diversión y aventura.