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Nuria González, prometida de Fernando Fernández Tapias, naviero y vicepresidente del Real Madrid "entre otros negocios y cargos", llegó a Palma el domingo. En el aeropuerto le estaba esperando el capitán (Segades) del barco que Fefé "para los no iniciados en temas del corazón les aclaro que así es como, cariñosamente, llaman a Fernández Tapias" le ha comprado a Lars Magnusson, propietario del Casino de Mallorca, para regalárselo a ella como presente de bodas. Un barco al que le han dado unos ligeros retoques antes de hacerse a la mar. ¿Que a qué ha venido a Palma la futura esposa del naviero Fernández Tapias? Pues al principio nos daba la impresión de que a esperarle a él, de ahí que montáramos guardia hasta altas horas de la noche en el puerto donde está atracado. Pero en vano, pues a pesar de que la tripulación "seis marineros y dos camareras" estaba presta, Fefé no apareció. Ni tampoco al día siguiente, aunque la vimos a ella a pesar de que trató de eludir nuestra presencia saliendo por una puerta que no controlábamos, aunque le sirvió de poco, pues al rato estábamos detrás, gracias a un alma caritativa que nos avisó.

A bordo de un monovolumen se desplazó a Palma. Para despistar dio un par de vueltas, terminando en la Clínica Juaneda, donde se le unió una amiga. Las dos se trasladaron al polígono de Can Valero y entraron en Tapicerías Juncosa, cuyo gerente, o director, la estaba aguardando en la puerta y que no era otro que el que hacía una hora había salido del barco, donde debía estar tomando medidas o dando ideas para redecorar los camarotes. Nuria permaneció en la tienda por espacio de tres cuartos de hora y de nuevo al coche. Antes de entrar en él nos dijo: «No esperéis a Fernando, que no vendrá». Y añadió: «Estoy decorando el barco».