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El asesinato de uno de los dos generales del ejército burundés, según se dice a manos del propio ejército, y el secuestro de un obispo por una de las tres secciones de la guerrilla, hizo que el presidente reuniera a su gabinete en una de las estancias del hotel en que nos encontramos, el Source sur Nilo "a espaldas de su residencia oficial" lo que supuso la cancelación de las entrevistas que la delegación balear, encabezada por la consellera Fernanda Caro, tenían con el vicepresidente del gobierno "y presidente de la nación a partir de noviembre de 2003 según acordaron en un tratado rubricado ante Mandela y el ministro del Interior.

De todo ello nos enteramos en la sobremesa que estábamos haciendo en el Hotel Tanganika, frente al lago del mismo nombre, a donde habíamos ido a almorzar tras dos visitas a otros tantos ministros realizadas a lo largo de la mañana, más una tercera a la pequeña fábrica de ladrillos que subvenciona el Govern balear, a la vera de las dependencias de Veïns sense Fronteres de Bujumbura. Por cierto, yendo hacia el hotel Tanganika escuchábamos de vez en cuando el tiroteo procedente de las montañas situadas en la otra parte del lago, territorio congolés para más señas. Por lo visto, la guerrilla burundesa, o la ruandesa, se estaba atizando de lo lindo contra el ejército de ese país. Y es que el proceso de paz que está teniendo lugar en la región de los Grandes Lagos, aunque marcha por buen camino, sigue siendo difícil.

Pero, a lo que íbamos. A primeras horas de la mañana Caro se entrevistó con el ministro portavoz del gobierno burundés, Albert Mbonerane, y el ministro encargado de la paz y la reconciliación nacional, Luc Rukingama. Este último, integrante de una de las facciones más duras de la oligarquía tutsi, informó a la consellera sobre el desarrollo del proceso de paz diseñado en la conferencia de Arusha (Tanzania) en agosto de 2000. En este sentido Rukingama reconoció las dificultades existentes y la importancia que tiene el hecho de que instituciones como el Govern balear se impliquen en la reconstrucción nacional.

El segundo reto, según el ministro, es luchar contra la pobreza. A la intervención de Rukingama, Caro respondió que los proyectos subvencionados por el Govern están adscritos a un promotor de paz, por lo cual se colabora en los dos retos anteriormente citados: la reconstrucción de la paz y la lucha contra la pobreza, en lo que también hizo hincapié el presidente de Veïns sense Fronteres, Jaume Obrador. Por la tarde, la delegación balear visitó un taller artesanal de carpintería de la Asociación Local CEPROTA que trabaja con microcréditos aportados por el Govern balear a través de Veïns sense Fronteres, créditos que se reembolsan al año para poner en marcha otros microcréditos de los que se beneficiarán otros grupos.