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Los primeros turistas de la temporada han aceptado sin problemas el impuesto turístico balear, la ecotasa, aunque condicionan su respaldo definitivo al destino y al resultado de las inversiones financiadas con la recaudación del nuevo tributo. «Estamos de acuerdo con la ecotasa, siempre que el dinero recaudado se destine a proyectos medioamientales», manifiesta la mayoría de turistas consultados por este periódico. Algunos de ellos, los menos, van más lejos y puntualizan: «Nuestro principal temor es que el dinero se destine a otro tipo de proyectos que no tengan que ver con la naturaleza o, incluso, que acabe en bolsillos equivocados. Y es que la corrupción existe en todo el mundo», matizan.

Por nacionalidades, los alemanes son los turistas mejor informados, más incluso que los españoles, mientras que los británicos desconocen, en su mayoría, el nuevo tributo turístico.

El hecho de que gran parte de la planta hotelera balear no repercuta la ecotasa a sus clientes, más de un 60 por ciento de los establecimientos de alojamiento turístico de las Islas asumirán su coste durante el actual verano, provoca cierta confusión entre los primeros visitantes de la temporada. Para la mayoría de turistas consultados, el pago del tributo no resulta ningún problema, aunque la mayoría de ellos todavía no ha tenido que asumirlo.