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PATRICIO CANDIA/JUAN M.LÓPEZ
«Mi padre no es culpable de lo que se le acusa». Así de contundente se mostraba ayer a este rotativo Nora Brahim, hija del presunto jefe financiero de la red Al Qaeda en España, detenido el domingo en Barcelona, Ahmed Brahim. Mediante una conversación telefónica con el domicilio de la familia Brahim en la localidad barcelonesa de Sant Joan Despí, Ultima Hora pudo contactar con la hija del presunto terrorista, quien mostró su gran preocupación ante la situación que está viviendo su familia. «Estoy muy preocupada por todo lo que está pasando», continuó Nora quien confirmó además a este rotativo que vivió en Palma «casi quince años» "y no cuatro, como se publicó ayer por error". Señaló que en Palma hacía vida «normal», pero admitió que no le dio pena abandonar la Isla. De su estancia en Barcelona aseguró sentirse muy bien «sobre todo al principio, porque ahora no sé qué es lo que va a pasar».

La joven explicó que, desde la detención de su padre, su madre y ella han estado acompañadas en todo momento por familiares, si bien no concretó si se trataba de parientes de su padre o de su madre. También confió en poder hablar con su padre en cuanto pasen las 72 horas de incomunicación que fija la ley. «Estamos esperando que nos llame él», dijo Nora Brahim, quien señaló que, de momento, ni siquiera han podido hablar con un abogado para que les explique la situación legal de su padre. Ahmed Brahim y su familia vivieron en el edificio Miramar, del Passeig Mallorca. Fueron vecinos suyos la presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antònia Munar; el presidente del Colegio de Médicos de Balears, Miquel Triola; el empresario Emilio Bohigas; y el futbolista Leo Biagini, entre otros, aunque casi nadie en el edificio se relacionaba con los Brahim más allá de los saludos de cortesía.

Algunos vecinos anónimos aseguran que Ahmed Brahim estaba totalmente «centrado en sus negocios». Unos negocios que casi ninguno de sus vecinos conocía, pero que lo tenían concentrado en su residencia gran parte del tiempo. Joan Pujol es un propietario de una tienda de 'souvenirs' que se encuentra junto al edificio Miramar y que mantuvo con Brahim un trato cordial. «Solía venir mucho por aquí para hablar conmigo. No solía comprar mucho, casi nada. Si acaso unos puros, porque le gustaban mucho. Eso sí, siempre estaba hablando de negocios». «Lo que no sé es a qué se dedicaba. Solía venir para preguntarme si quería traspasar el negocio, pero yo siempre le decía que no, por lo demás era un hombre encantador», continúa.

Joan Pujol asegura que Brahim solía recibir muchas visitas de personas árabes. Una versión que también corroboran otros vecinos de la zona. La propietaria de una pequeña cafetería contigua al edificio Miramar asegura que «por este edificio siempre han pasado muchas personas de este tipo. Musulmanes o árabes que llevan trajes de ese tipo». La familia de Brahim, su esposa Pirjo, de nacionalidad finaldensa, y su hija Nora también trataban de pasar desapercibidas, según relatan sus vecinos. «Eran unas personas encantadoras que nunca dieron un problema. Hacían su vida sin molestar a nadie», asegura una vecina de ático. En este sentido, Joan Pujol afirma que tanto su mujer como su hija tuvieron un fuerte cambio de personalidad y de vestir hace unos dos años. «Antes eran más normales», asegura Pujol que confirma que posteriormente pasaron a vestir el 'shador'.