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El presidente de la Asociación de Empresarios Suministradores de Agua Potable de Balears durante 18 años, y recientemente nombrado presidente de honor de la asociación, Fernando Dameto Cotoner, criticó duramente la política hídrica del Govern balear que, denuncia, no ha autorizado la perforación de nuevos pozos ni la realización de sondeos desde que aprobó el decreto de medidas excepcionales contra la sequía.

Para Dameto esta prohibición perjudica a los empresarios que, como él, están ofreciendo un servicio público a la población «como lo puede hacer EMAYA pero con más dificultades administrativas». A modo de ejemplo, el denunciante explica que tiene la concesión del suministro de agua potable en los términos de Marratxí, desde 1974, y de Sencelles, desde 1992, y que el aumento de población registrado en estas zonas le obliga a buscar nuevas formas de abastecimiento.

«Con los pozos que tenemos aprobados casi no basta para abastecer la demanda de la población y nuestra obligación es esta. Si seguimos sacando agua a estos niveles podemos salinizar los pozos autorizados y perderlos». Es por eso, y atendiendo al carácter de servicio público de su negocio, que ya ha pedido a la Administración autonómica que le permita incorporar un nuevo pozo al suministro sin que, hasta el momento, le hayan contestado afirmativamente a su requerimiento hasta el punto de plantearse interponer un contencioso administrativo para resolver la situación.

«El Govern balear debería colaborar más con las empresas de suministro de agua que trabajan con los vecinos de los municipios y no cerrarse en banda en su negativa de no autorizar más pozos porque, al final, los principales perjudicados son los propios clientes», señala. Dameto, en este sentido, recuerda que la vigente Ley de Aguas establece en su artículo 60 el «uso preferente» al abastecimiento de las personas y si éste no está garantizado debería cambiarse el sistema de concesiones para facilitar el suministro.

«Tenemos permisos para sacar una determinada cantidad de agua, que siempre es la misma. ¿Pero qué ocurre si la población a abastecer se incrementa espectacularmente? ¿Tenemos que dar agua de menor calidad por culpa de la burocracia que nos impide adaptarnos a la demanda?». El empresario recuerda que la moratoria de pozos «ha dejado sin trabajo a peritos, geólogos y comerciales de sondas, entre otros» y asegura que los primeros interesados en mantener a buen nivel los acuíferos de la Isla son ellos.