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El futuro de los jóvenes, la necesidad de tener una educación, la importancia de ayudar para que lleguen mejor preparados a la universidad y las crisis de valores en nuestra sociedad fueron algunos de los temas presentados en la entrevista realizada ayer por Margarita Nájera, alcaldesa de Calvià, a Llorenç Huguet, rector de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Huguet, licenciado en Matemáticas y Doctor en Informática, abandonó su primera idea de ejercer como profesor de Matemáticas en Menorca tras conseguir una beca en Bélgica, donde realizó un Master de Matemáticas aplicada la Informática. «La vida te va mostrando otros caminos. Un profesor me orientó para conseguir la beca y todo llegó después. Mi mujer fue la que me animó a vivir en Mallorca», afirma Huguet.

Preguntado por su posible aspiración a llegar a ser algún rector de la Universitat, Huguet puntualizó que «no soy rector; hago de rector, pero soy catedrático. Como matemático, pienso que la vida es un conjunto de hechos. Llegué a Mallorca mediados de los 90 y participé en la informatización del Parlament balear. El 94 fue un año malo para la UIB y me dijeron si quería intentar una nueva etapa. Me presenté como rector y con listado de personas». Huguet no se presentará de nuevo a las elecciones y afirma que no tiene «ninguna espina clavada. Cualquier etapa de gestión termina con cosas inacabadas. Después de ocho años de gestión es importante un cambio, movimiento, nuevas ideas. Lo importante es ser consecuente con lo que crees que debe ser y es importante que haya un recambio».

Huguet abandonará el rectorado de la UIB orgulloso de haber podido consolidar las extensiones universitarias de Menorca y Eivissa y de conseguir que la Universitat sea «más de todos». Asimismo, es consciente de los problemas de fracaso escolar y de la importancia de que sean los padres y el colegio quienes complementen la formación de los alumnos. «Invertir uno en su formación es una opción de futuro muy rentable. Existe una cierta despreocupación de la familia en el proceso de formación. Debe existir un binomio entre padres y profesores. El profesorado no tiene elementos suficientes como para desarrollar el proceso de aprendizaje, se convierte casi en un "mantener la calma". Hay que encontrar las raíces de estas disfunciones».

Preguntado por la existencia de una crisis de valores en la sociedad, contestó que «el mundo tiene más facilidad de cambiar que las estructuras que lo soportan». No basta con decir que los alumnos de Secundaria llegan mal preparados, -añadió- tenemos que ayudar. Hoy en día tal vez sería mejor que una persona pueda conseguir un título con un estudio que sea compatible con su realización profesional. Tal vez haya que plantearse la forma de conseguirlos».