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La Comissió de Serveis Generals del Consell de Mallorca aprobó el viernes el plan de tratamiento de escombros en el que no se define qué sistema de eliminación se aplicará a las 200.000 toneladas de rechazos que han surgido durante la redacción del plan. Es decir, el plan no fija si se optará por la construcción de un vertedero o si se ampliará la planta incineradora. El estudio realizado por el Consell calculaba que el año se producen un millón de toneladas de escombros de obra. El plan prevé que todas estas toneladas se destinen a la regeneración de canteras.

Sin embargo, los responsables de la redacción del plan comprobaron que, además de este millón de toneladas, han surgido otras 200.000 toneladas más de materiales de rechazo de los escombros que no pueden emplearse para le regeneración de las canteras. Se trata, por ejemplo, de moquetas, maderas tratadas con barnices y hierros de todo tipo que están mezclados con los escombros de obra pero que requieren un tratamiento de eliminación específico.

Cuando los redactores del plan constataron la aparición de estas 200.000 toneladas, el conseller de Medi Ambient del Consell, Miquel Àngel Borràs reunió a los representantes de las distintas formaciones políticas para explicarles que era preciso tomar una decisión para decidir qué hacer con estos residuos. En principio Borràs señaló que las dos únicas opciones eran ampliar la planta incineradora de Son Reus o construir un vertedero específico para este tipo de basuras. La aprobación definitiva del plan de eliminación de escombros, que se hará en el pleno ordinario del mes de abril, no resuelve este problema y no explica qué hacer con los rechazos de las obras.

Por lo que respecta al contenido del plan, el coste estimado de la ejecución de las plantas de tratamiento es de 21'3 millones de euros (3.554 millones de pesetas). El plan prevé la construcción de una serie de estaciones de transferencia en los municipios de Llucmajor, Porreres, Manacor, y Artà. A estas plantas de transferencia se unen tres plantas de tratamiento de residuos en la zona de Son Reus, en Palma, y en los municipios de Calvià y Santa Margalida.

En principio las previsiones recogidas en el plan eran que ninguna de las estaciones de transferencia estén a más de 25 kilómetros de los centros de producción de residuos. Por esta razón, el plan original incluía una estación en Campos en lugar de Porreres. Finalmente la planta de tratamiento de estos residuos estará en Porreres ya que, según el Consell, así se podrá regenerar la cantera de Montisión.