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En Son Llàtzer hay que esperar de pie Algunas de las personas que van a rehabilitación a Son Llàtzer, sobre todo las que son trasladadas hasta allí en ambulancia "que luego, una vez finalizada la visita, pasa a recogerlas" se quejan, y con razón, de que en la acera de la fachada principal no hay ningún asiento, ni banco ni silla, donde puedan sentarse, sobre todo a la hora de esperar a que la ambulancia regrese a buscarlas para devolverlas a sus respectivos domicilios. «Y quien dice ambulancia, dice también particular, al que le trae la familia en coche. Y como verá "nos decía una de esas personas" algunas vamos con muletas, y así "señala hacia sus muletas", esperar de este modo, sin poderte sentar en ningún sitio, pues has de estar aquí, a veces más de una hora, es cansado, molesto y pienso que no es lógico. Y más siendo éste un edificio nuevo». Porque además de todo esto, las ambulancias suelen pasar tarde, «y no por culpa de los conductores, sino porque como son pocas han de hacer muchos servicios, sobre todo en la zona de Inca». La señora en cuestión denuncia el caso con conocimiento de causa, «primero "dice" porque yo lo vivo, y lo sufro, cada vez que me traen aquí y, segundo, porque me lo cuentan los conductores, que no dan abasto. ¿Lo podrá denunciar...? Por favor, que pongan bancos aquí y que refuercen el servicio de ambulancias».

Ceniceros en Son Sant Joan
Desde hace unos días han comenzado a instalarse ceniceros de acero inoxidable en algunas zonas del área de Salidas de Son Sant Joan. Han sido fabricados en Mallorca, lo cual es una buena noticia, y "de momento" los pueden ver a los pies de las columnas redondas. Observarán que son más bien bajos, pero amplios y, si nos apuran un poco, una tentación, pues algunos "muchos" pretenderán «encestar» la colilla desde su asiento haciendo gala de unas dotes baloncestísticas que a lo mejor no tienen, por lo que lo más aconsejable es que ni lo intenten. Como se fuma en todas partes, lo suyo sería que los instalaran en todo el aeropuerto.

En forma
Don Felipe ha participado en el Princesa Sofía enrolado en el «CAM», y ha sido, al menos en los días que ha estado compitiendo, madrugador, pues se le ha visto llegar al barco de los primeros. El sábado, concluida la prueba, ni corto ni perezoso cargó con un paquete de tamaño más o menos considerable, con el que cruzó de un tirón todo el pantalán "que no es breve", abrió su coche y lo depositó en él. Como si nada. Digo que otro, a lo mejor, habría dejado que se lo llevaran.