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La procesión de La entrada de Jesús en Jerusalén abrió el ciclo de desfiles de la Semana Santa 2002 con más participación que nunca por parte del colectivo de las 31 cofradías de Palma y las del Coll d'en Rabassa y s'Arenal.

Las más de tres horas que duró atrajo la atención, desde su salida a las seis de la tarde desde el templo de Sant Jaume, al numeroso público que se congregó a lo largo del recorrido, apreciándose en mayor número a su paso por Jaume III. Unidades de la Policía Local velaron por el orden en todo momento.

Este desfile conllevó novedades. En éste debutó como cap de Tamborers de la Sala en Joanet de sa Calatrava, músico y personaje muy arraigado en las tradiciones mallorquinas. Encabezó la formación algo inquieto, pues le vimos un buen tramo mascando chicle.

Todo un acontecimiento resultó el estreno del paso de la cofradía Santa Mónica. De enhorabuena pueden estar la congregación de Agustinas Hermanas del Amparo, la presidenta, Mónica Bellinfante, y los cofrades. «Jesús de Nazaret camino de Getsemaní» llamó la atención por su estética, sencillez y buen gusto. La imagen recreada por el escultor mallorquín Antonio Capó es de aquellas que llega a las gentes, pues no dramatiza en exceso. La cofradía «tiró la casa por la ventana», com pertoca, y se acompañó por la nutrida banda Unión Musical Inquera, presidiendo la fundadora, sor Serafina Vilanova, junto a un cofrade de la de este año centenaria Cruz de Calatrava.

Los miembros de las cofradías, desde los monaguillos a los capataces, portaron en lugar de cirios palmas blancas lisas unos, y otros ramos de olivos alusivos a la festividad. La cofradía Jesús del Buen Perdón una vez más hizo gala de un impecable orden de formación. Acudió con las bandas Groc i Verd y detrás de su paso, la Agrupación Musical, que recogió no pocos aplausos a lo largo de sus intervenciones.