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X.M. El cerdo negro ha sido considerado uno de los animales más emblemáticos de nuestras Islas por sus caracteres morfológicos diferenciados del cerdo ibérico. Además, desde tiempos remotos, la porcella ha sido unos de los manjares de fiesta más tradicionales entre los mallorquines. Mañana, junto a y «Diari de Balears» encontrarán un nuevo fascículo del coleccionable «Les Illes a taula», un amplio repaso de los productos y alimentos más característicos de las Balears y que esta semana les enseñará la historia del cerdo con especial referencia a la raza autóctona.

Ultima Hora

Hasta la primera mitad del siglo XX, era fácil encontrar una raza porcina típica con sus variedades ubicadas en las diferentes islas. Uno de sus rasgos diferenciadores son el color negro de su piel o las orejas caídas. Aunque, también, se podían apreciar ciertas diferencias entre el cerdo negro de las diferentes islas; hoy el cerdo negro menorquín e ibicenco ha desaparecido y en Formentera se encuentran actualmente menos de 25 ejemplares. El caso de Mallorca es bien diferente ya que es la única raza autóctona de las Balears y que, con el paso de los años, ha ido en aumento.

A partir de los años cincuenta hubo una progresiva disminución de efectivos de esta raza provocada, entre otros factores, por la progresiva introducción de razas del extranjero y por la aparición de nuevas estructuras intensivas. Fue durante los años 80 cuando el cerdo negro mallorquín ganó terreno aunque aparece como una actividad agraria complementaria a la renta de los agricultores.

En 1999 se pone en marcha el Consell Regulador formado por un equipo de inspectores que vigilan para que la producción del cerdo negro mallorquín sea una producción lo más tradicional posible y se realice bajo un control de calidad.

En la actualidad casi cuarenta fincas se encargan de la crianza de los setecientos animales inscritos en el libro genealógico. Estos datos indican que esta raza autóctona se va recuperando de una situación de «casi desaparición» por la que atravesó a finales de los años 80 y principios de los años 90.

Los orígenes del cerdo mallorquín
La existencia de un ganado porcino en Mallorca se halla documentada en la época talaiótica y según los indicios arqueológicos hallados, este ganado tendría su origen en Próximo Oriente. Durante la invasión romana, éstos tenían la arraigada costumbre de preparar rellenos de carne embutidos en tripa de cerdo; los inicios de lo que hoy conocemos por sobrasada. Será después de la conquista de Mallorca por parte de la Corona catalano-aragonesa cuando la población porcina experimentará nuevas aportaciones, de claro origen ibérico, y provocará un aumento del censo. En 1585 el recuento oficial de ganado porcino se situaba en unas 10.769 cabezas.