El Ajuntament de Montuïri pactó con GESA el pago a plazos de la deuda que arrastra con la compañía.

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GESA intenta reducir sus niveles históricos de morosidad a través de diversas acciones estratégicas centradas en planes de pagos especiales. Pero ese esfuerzo sufrió un revés considerable el pasado ejercicio, al aumentar los impagados en casi mil millones de pesetas. «Intentamos controlar el fraude por todos los medios a nuestro alcance, incluso con equipos de inspectores y enviando cartas a los clientes que más se retrasan en sus pagos, pero en el caso de los organismos públicos, nunca suspendemos el suministro», explicó a Ultima Hora la portavoz de GESA, Magdalena Frau. La compañía ha diseñado planes específicos para cada ayuntamiento moroso de las Islas.

El caso más significativo se produjo el pasado mes de diciembre en Montuïri. Una brigada de operarios de la compañía se personó en la Casa Consistorial con el objetivo de cortar, exclusivamente, el suministro a la institución municipal, alegando morosidad. Sin embargo, el alcalde y un agente de la Policía Local impidieron esta acción, no dejando a los trabajadores acceder al contador de corriente.

GESA considera moroso a un cliente cuando el importe del recibo no ha sido satisfecho entre los 40 y 65 días posteriores a la presentación de la factura. Se abre un proceso que culmina con la retirada del contador, si el usuario no ha saldado su deuda. También, actúan los servicios jurídicos de la compañía en los casos en que se plantea un posible pleito dada la importancia de la deuda. GESA ha emprendido importantes inversiones para asegurar el servicio eléctrico en Balears, especialmente crítico en pleno verano, cuando la demanda alcanza sus cotas más elevadas. Por ello, sus directivos defienden la necesidad de reducir los niveles históricos de la deuda generada por los morosos.

La compañía intenta alcanzar acuerdos extrajudiciales con sus clientes morosos para no «tensar» la cuerda y evitar los tribunales, estrategia que apoya de forma decidida el equipo que preside Bartomeu Reus. Los clientes morosos adeudaban hasta el pasado 31 de diciembre 4.262 millones de pesetas a GESA. De esa cantidad alrededor de 804 millones correspondía a deudas contraídas por los ayuntamientos, 3.056 millones a clientes generales y el resto, a clientes «especiales», según los datos que maneja la compañía. GESA facturó en el ejercicio 2000 un total de 57.887 millones de pesetas, un 5'7% más que en 1999 (55.659 millones), frente a los 60.000 millones previstos para el 2001.

Los ingentes esfuerzos para reducir la bolsa de morosidad por parte de GESA le ha hecho caer, en ocasiones, en situaciones absurdas. Hace dos años GESA-Gas S.A. envió una circular a un usuario en la que le anunciaba que la empresa «se ve obligada a suspender el suministro de gas al no haber satisfecho el importe del recibo que nos adeuda, el cual asciende a 20 pesetas». GESA, asimismo, comunicaba al abonado que «con el fin de evitar que sufra de inmediato las molestias de dicha suspensión de suministro, se le concede un último plazo improrrogable de 48 horas para efectuar el pago del importe de referencia personándose en nuestras oficinas comerciales». La compañía atribuyó ese error a un fallo informático.

El TSJB decidirá si la compañía debe pagar una multa impuesta por el Govern
La empresa GESA-ENDESA ha endurecido sus mecanismos para intentar cobrar los más de 4.000 millones de pesetas que le adeudan sus clientes morosos, especialmente, para mejorar sus cuentas de resultados. Estos están amenazados por la multa de 100 millones de pesetas que le impuso el Govern por los apagones registrados en Mallorca en la segunda quincena del mes de junio de 2000. La compañía que preside Bartomeu Reus está a la espera de que se pronuncie el TSJB sobre el recurso que presentaron sus abogados en contra de esa decisión del Ejecutivo. El recurso fue presentado el pasado año y en él se alega que no hubo responsabilidad de la empresa en los sucesivos apagones que hubo en Mallorca. La empresa ha desmentido los argumentos del Govern en los que se considera que fue responsable de las diversas averías que se produjeron en las instalaciones de GESA-ENDESA. Insiste en que la concatenación de accidentes que comenzaron en la subestación de Llubí y acabaron con la dos grupos de es Murterar averiados fue fortuita y, en ningún caso, se debió a un deficiente mantenimiento de las instalaciones. GESA, no obstante, mantiene al alza sus niveles de producción eléctrica debido, sobre todo, a la gran demanda que se registra en cada temporada alta. Es el único proveedor al actuar en régimen de monopolio.