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Los alumnos del colegio Nuestra Señora de la Esperanza de Palma tuvieron ayer una tarde muy especial. Celebraron su propio Carnaval con una rueta, por las calles cercanas a su barriada, la de la plaza de toros, que causó la admiración de sus padres y viandantes. La directora del centro, Magdalena Mateu, que se sumó a la fiesta disfrazada de «estudiantina», señaló que «esta pequeña rua se caracteriza por la elaboración propia de los disfraces que lucen todos los alumnos y profesores. La ilusión hace milagros y con poca cosa y muchas horas de trabajo el resultado ha sido divertido y muy original».

Razón tuvo la directora, ya que los de infantil aparecieron vestidos de lápices de colores; los de primero y segundo de primaria, de flores de papel; los de tercero y cuarto, de notas musicales; los de quinto, de hawaianos; los de sexto, de brujas y demonios y los de segundo de ESO, de tunos. La comitiva, que estuvo controlada por varios agentes de la Policía Local motorizados, discurrió por las calles Arquitecte Bennassar, Jaume Ferran, Músic Balaguer, Arxiduc, Alférez Ribas y Teniente Oyaga. No faltó la música y los cantos de la tuna, que se acompañaron con un radiocasete.

Mientras, en la barriada de la Soledat, 250 alumnos de las clases de infantil y primaria del colegio San Vicente de Paúl de las Hermanas de la Caridad organizaron una rueta que bajo la denominación Medios de locomoción reunió disfraces artesanos y muy coloristas de coches, aviones, barcos y policías locales que simularon dirigir el tráfico.

El director Gabriel Nadal explicó que «la participación de los alumnos es total y muy numerosa por parte de las madres, que acompañan a los niños durante el desfile». Los pequeños causaron admiración a su paso por las calles Animas, Cabrera, y Siquier y otras de la barriada de la Soledat. Estuvieron acompañados por el director, y los tutores Isabel, Fanny, Rosa, Maruja, Bárbara, Cristina y Pep, que también lucieron su disfraz.