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Miquel Pocoví, uno de los cinco representantes de los impositores, fue elegido ayer por unanimidad presidente de la Caja de Ahorros de Balears (Sa Nostra) al conseguir el apoyo de los 15 miembros restantes del consejo de administración de la entidad, zanjandose así la crisis de falta confianza que generó la dimisión de Miquel Capellà el pasado 23 de enero.

En esta nueva etapa de Sa Nostra, también fueron votados por unanimidad los nombres de Bartomeu Nadal (representante CIM) como vicepresidente primero, Joan Vidal (patrono) como vicepresidente segundo, Joan Matas (representante ayuntamientos) como secretario y Joan Bibiloni (personal) como vicesecretario. El hasta ahora secretario del consejo, Gabriel Lladó, no repite en el cargo, circunstancia que fue analizada por el nuevo presidente como puramente circunstancial.

Acompañado del director general de Sa Nostra, Pere Batle, Pocoví se mostraba ayer tarde muy satisfecho por cómo había transcurrido el consejo, «ha habido unanimidad en todo, lo cual me satisface y ratifica en la decisión que adopte para presentarme como candidato. Mi mandato finalizará el 31 de diciembre, ya que acaba mi período como miembro del consejo. Sin embargo, en este año como presidente está claro que seguiré una línea continuísta tanto en nuestra presencia en las empresas participadas, que son vitales para poder competir con las mismas armas con otras entidades financieras, como en los principios fundacionales de la entidad, como son mantener la solvencia para asegurar su supervivencia y asignar el resto de beneficios a obras sociales».

Dejó claro que el consejo de administración será el que fije «la trayectoria y objetivos a través de un diálogo consensuado y constructivo, para después ejecutarlos los directivos, que son los auténticos protagonistas. Lo que sí puedo anunciar es que habrá un rigor en todo lo concerniente a planes expansivos e inversiones». Añadió que van a entrar a fondo en todos los temas, «no se abandonará ninguna de las inversiones actuales, si bien no se actuará con alegría alguna. Esto indica que si las actuales circunstancias nos obligan a adoptar decisiones estratégicas, se adoptarán para hacer o no cambios. Es una cuestión que analizará el consejo en su momento».