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El obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, presidió ayer en el Monasterio de la Real la celebración de la jornada de la vida consagrada a la que asistieron unos 500 representantes de las diferentes congregaciones, órdenes e institutos seculares de Mallorca. Esta jornada celebra la presentación del niño Jesús ante el Templo, por parte de San José y la Madre de Dios, y representa para la comunidad religiosa la renovación de sus votos y su dedicación a Dios.

La jornada se inició en el claustro del Monasterio de la Real donde el Obispo de Mallorca bendijo las candelas. A continuación, los religiosos presentes, todos con una vela blanca encendida, dieron una vuelta al claustro mientras realizaban el canto procesional. La procesión, encabezada por el rector de la Real, Antoni Vallespir, flanqueado por dos monaguillos, se dirigió a la Iglesia donde el Obispo, que cerraba la comitiva, ofició una misa.

En Mallorca, son miembros de institutos de la vida consagrada más de 1.000 mujeres y cerca de 300 hombres. Pertenecen a las congregaciones religiosas, masculinas y femeninas, tanto de vida activa como contemplativa, más los miembros de los tres institutos seculares femeninos.