El alcalde de Palma visitó los dos mercados y charló con los comerciantes. Foto: T.A.

TW
0

A sólo trece días del inicio de la época navideña, cada rincón de Palma se inunda de la magia propia de estas fechas. Si hace una semana se inauguraba el alumbrado de las calles, ayer el alcalde de Palma, Joan Fageda, realizó una visita por los dos mercados más emblemáticos de la Navidad mallorquina. Uno de ellos fue el de la Plaça Major, donde cada año se puede encontrar una mayor cantidad de complementos navideños, desde belenes hasta árboles.

El otro es el del Parc de la Mar, donde este año están ubicados los comerciantes que tradicionalemente estaban en la Plaça d'Espanya. Debido a las obras de peatonalización que todavía se están desarrollando en ese tramo, el mercado se tuvo que trasladar hasta la zona de la Catedral. Antes de presentar el proyecto final, se barajó la posibilidad de ubicarlo en la Plaça del Tub o en el Parc de ses Estacions, pero finalmente se optó por la zona actual.

El cambio de ubicación de este año fue acogido «en un principio con un poco de recelo por parte de los feriantes, pero después de barajar las posibilidades iniciales, se convencieron de que éste era el mejor lugar», explica Manuel López, jefe de Inspección de Consumo. A su vez, los vendedores se muestran resignados con la nueva situación, «ya que es una localización temporal», aunque reconocen que de momento no hay tanto movimiento comercial. «La Plaça d'Espanya era un lugar de paso, mientras que para visitar el mercado de esta temporada se ha de venir a propósito», comentan los comerciantes. Ante este hecho se especula ya sobre una posible bajada en las ventas, aunque las más que numerosas visitas durante el fin de semana compensan esta situación.