Esta práctica japonesa es un arte de vivir según las leyes naturales.

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Hace 30 años que la práctica japonesa creada por Hauruchika Noguchi y conocida con el nombre de Seitai llegó a Europa de la mano de Itsuo Tsuda, discípulo del fundador. Mallorca también ha abierto sus puertas a esta práctica oriental que trabaja la liberación o armonización de los movimientos del cuerpo.

Jorge Laboirie es uno de los animadores que ofrece actualmente clases en Palma. «El término Seitai, literalmente 'cuerpo armonizado', designa la escuela de la respiración. La sociedad actual tiene serios problemas de estrés y tensión que obstaculizan considerablemente la manera de respirar. Por esta razón es necesario enseñar unas técnicas de respiración que mejoren la calidad de vida», explica Laboirie.

La práctica central del Seitai, destinada tanto a los profesionales como a los principiantes, es el Katsungen Undo, la gimnasia para activar el origen. No se trata de ejecutar un acto voluntario, sino de dejar que el sistema involuntario del cuerpo humano se exprese libremente a través de los movimientos espontáneos del mismo. Es lo que, por ejemplo, se produce naturalmente durante el sueño sin que lo sepamos. Cuando dormimos, nuestro cuerpo se mueve, va cambiando de posturas; estos movimientos son fundamentales para eliminar la fatiga. Pero no siempre este cansancio se resuelve por completo con el descanso nocturno cotidiano, por lo que es necesaria una actividad complementaria. Al practicar esta gimnasia se sensibilizan y se regeneran los mecanismos del sistema nervioso autónomo, es decir, todo lo que sostiene las funciones de la vida.

Los movimientos que se realizan en el Katsugen Undo no tienen nada que ver con los de la gimnasia tradicional. Después de unos ejercicios preparatorios se trata de dejar que el cuerpo se mueva mientras la mente está abandonada. El cuerpo empieza a moverse solo, sin que en ningún momento el practicante pierda constancia o entre en trance. Ante estos estímulos, suelen presentarse ciertas reacciones como son los bostezos, el aumento de segregación lacrimal y de las mucosidades de la nariz, que son señales de relajación.