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Muchas veces las cosas de la política resultan difíciles de entender para el ciudadano de a pie. Para el común de los mortales el salario va perdiendo valor de año en año por culpa del IPC. En el terreno político no ocurre lo mismo. Con cada cambio de legislatura se produce una actualización de los sueldos de los políticos que suele ser bastante más generosa que la del resto del universo laboral, lo que ya provoca polémicas y hasta escándalos. Pero no contentos con ello, algunos organismos deciden, a media legislatura, volver a subirse los salarios, las dietas o cualquiera de sus muchísimos extras, a cambio de asistir a plenos y a comisiones, y en no pocas ocasiones sólo para votar y entretenerse leyendo la prensa.

Acaba de ocurrir en el Ajuntament de Calvià y en el Consell Insular. En Calvià se ha producido un hecho ciertamente insólito: la subida "por triplicado" de los sueldos de los concejales de la oposición, que cobraban 75.000 pesetas al mes y pasarán a recibir 195.000 los que no tienen cargo y 290.000 los dos portavoces. ¿Por qué? Pues para que los ediles del PP estén contentos y tiendan puentes con Madrid. Y en cuanto al edil de UM, para que haga lo mismo respecto del CIM.

En el Consell, los miembros sin cargo cobrarán 187.000 pesetas por asistir a un pleno mensual. La reciente modificación de la estructura del CIM, al suprimirse numerosas comisiones, les había dejado con menores ingresos. Y para que nadie saliese perjudicado, se ha decidido subir las dietas por asistencia a plenos. En realidad, cobrarán igual que antes, pero para hacer mucho menos. Unos sueldos que además se complementan con las dietas por asistir a actos parlamentarios.

No se trata de cuestionar que los políticos cobren un salario justo y digno. Todo lo contrario. Pero deben ganárselo, como todos los ciudadanos, con su esfuerzo y dedicación. Desgraciadamente, y hasta ahora, en el único punto en el que todos los políticos se ponen de acuerdo es en sus respectivas retribuciones.