Los alumnos del Colegio Americano se lo pasaron «de miedo». FOTO: JAUME MOREY

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En nuestra cultura el día de Tots Sants causa tristeza; el recuerdo de los seres queridos que ya no están provoca la melancolía y la nostalgia. Pero poco a poco la tradición irlandesa, que no nortamericana como todo el mundo cree, se ha ido introduciendo en nuestro país, provocando que el 31 de octubre se convierta también en un día de celebración y una noche de desenfreno.

Halloween es una tradición irlandesa rescatada por los americanos en el siglo XIX que reunía elementos cristianos y paganos, y que en la actualidad significa sólo diversión y caramelos. Según los expertos, es un buen momento para enfrentarse a los miedos de la imaginación infantil, mientras que para los adultos se ha convertido en una tradición secular que invita a la fiesta.

Los festejos de Halloween se han adueñado también de la Isla. Los niños son los que más disfrutan con esta terrorífica celebración. Es el caso de los alumnos de la escuela americana King Richard III College, ubicada en Portals Nous, que ayer asistieron al centro ataviados con las más tétricas galas, para, como exige la leyenda, asustar a espíritus y fantasmas. Por un día dejaron su inocencia asustadiza para experimentar una metamorfosis oscura. Los personajes más temidos de la noche se convirtieron en su alter ego, gracias a un esmerado cambio de imagen. Los disfraces más repetidos fueron desde los de monstruos, vampiros, momias y brujas hasta los de héroes como Superman, Spiderman o Batman.

Una vez finalizado el desfile matutino, ante los divertidos padres, cada uno de los alumnos se dirigió hacia su aula para llevar a cabo actividades propias de esta jornada. Hacer galletas de araña o de murciélago, o manzanas de caramelo, hasta los juegos más diversos fueron algunas de estas actividades. Además, todas las asignaturas tradicionales recogieron la temática de Halloween.