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Cuando el mundo del arte y de la enología van juntos de la mano los resultados son fascinantes, tanto para el paladar como para la vista. El pintor Joan Bennàssar presentó ayer el primer vino de reserva Macià Batle, en cuya botella ha realizado una atractiva etiqueta.

Sebastià Canyelles, presidente de las bodegas de Santa Maria, aseguró que «este producto significa una culminación muy importante para la bodega. Todo empezó hace unos años cuando un grupo de amigos tuvimos la idea de hacer un gran vino, con una etiqueta de gran valor artístico. Bennàssar se ofreció para hacerla». Transcurrido un tiempo, las bodegas Macià Batle consiguieron elaborar el vino adecuado, a base de Manto negro y callet. Se dejó reposar en depósitos de acero inoxidable, para pasar luego a barricas de roble francés y ruso durante 14 meses, permaneciendo el resto en botella. Sin dura, un reserva de calidad merecía una etiqueta evocadora: «Primero quiso remitirme a una figura de Bacus, el dios del vino, pero luego me inspiré en una imagen que llamase, por encima de todo, la atención: la atracción de unos ojos que miran», asegura Bennàssar. La botella viene acompañada de una caja de madera y, además, una litografía realizada por el propio artista. Se han realizado un total de 1.500 botellas, al precio de mercado de 5.800 pesetas cada una. Canyelles precisó que «mucha gente se sorprende de que hayamos hecho un reserva con Manto negro, pero es que tuvimos una añada excepcional, con calidad óptima para sacar cuerpo al vino».