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El conseller d'Educación del Govern balear, Damià Pons, remitió ayer una carta de protesta a su homólogo de la Generalitat Valenciana, Manuel Tarancón, por su decisión, conocida la semana pasada, de eliminar de los temarios de secundaria de la asignatura «Valencià, Llengua i Literatura» a los autores que no sean valencianos. Para el conseller balear, esta decisión de la Generalitat Valenciana es «incomprensible e injustificable» ya que «desde hace más de siete siglos, la literatura propia de valencianos, catalanes y baleares ha estado concebida por los mismos escritores como una unidad incuestionable, dentro de la cual se establecían intercambios enriquecedores y proyectos comunes».

En la citada carta, el conseller le pregunta a su homólogo «¿como podría explicarse la existencia misma de la prosa literaria escrita por los valencianos, en la época medieval, sin la obra fundacional de Ramón Llull?» «¿cómo podéis prescindir de la figura del mallorquín Marian Aguiló que hizo una labor decisiva en la génesis y la promoción del movimiento de la Renaixença en Valencia?» o «cómo se puede ignorar la trascendencia que tuvo la obra del Diccionari Català-Valencià-Balear, de Alcover i Moll, en la conformación del repertorio léxico disponible que los escritores valencianos han tenido a su alcance a los largo del siglo XX».

Pons expone, a continuación, a Tarancón una lista compuesta por diferentes escritores que se identifican como de la «misma literatura» y le recuerda que éstos también son vistos como tal por los estudiosos, por los manuales de literatura y por los planes de estudio de las universidades. El conseller destaca que, «fuera del ámbito de nuestra lengua nuestros escritores son considerados por los departamentos de filología de más de ochenta países como miembros de una misma e una realidad literaria» y afirma que dentro de la comunidad científica internacional «no encontraríamos a ningún estudioso relevante que avalase el desmembramiento de la literatura hecha por valencianos, catalanes y baleares en base a argumentos político-administrativos, y pensarían que considerar que este tipo de argumentos tienen más peso que los lingüísticos y los de la historia literaria compartida es una decisión del todo equivocada e indefendible».

Así, la Conselleria de Educació balear se ofrece para «compartir esfuerzos que encaminen a la unión y a la cooperación» y pide a la Generalitat valenciana «que no fragmente injustificadamente el patrimonio literario que no es común. Hemos sido y somos una misma literatura y, por tanto, así han de tener la oportunidad de aprenderlo los escolares valencianos». Para acabar, el titular de Educació en el Govern balear recuerda a su homólogo los temas pendientes que tienen ambas consellerias, «la resolución de los cuales sería beneficioso para las dos partes, como la homologación de vuestras titulaciones de valenciano con las nuestras de catalán (...), la edición de las obras de Ramon Llull», para finalizar advirtiendo que «la falta de colaboración en materia lingüística entre nuestras dos consellerías sobre todo me parece poco pragmática».