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El director general de Recursos Hídrics, Antonio Rodríguez, reiteró ayer que los problemas ocasionados por las intensas lluvias del viernes pasado no tuvieron nada que ver con la limpieza y mantenimiento de los torrentes, «que se desarrollan como toca», sino a la especial disposición de las conexiones pluviales, que vienen a ser, más o menos, como los afluentes. De esta forma, cuando el cauce de un torrente está lleno de agua impide el desagüe de las conexiones y estas, cuando pasan por un centro urbano situado a un nivel más bajo que el torrente, se desbordan provocando los problemas de inundaciones ya reflejados en días anteriores por este diario con numerosas pérdidas económicas para cientos de personas.

Rodríguez explicó que esto fue, precisamente, lo que sucedió en el torrente de es Jueus, en s'Arenal y explicó que la única solución para evitar inundaciones sería modificar las pendientes o bien aumentar el cauce de los torrentes. Sin embargo estas soluciones no son fáciles de aplicar ya que, por lo general, cuando el torrente pasa por una zona urbana está delimitado por paredes y, a los lados, se encuentran inmuebles de particulares. «El agua que se recoge en las conexiones no puede entrar en el torrente porque ya iba lleno así que es inevitable que se desborde si no se puede ampliar el cauce», señaló.

Cabe recordar, en este sentido, que la empresa municipal de aguas de Palma, EMAYA, emitió un comunicado de prensa en la que culpaba al Govern, concretamente a la Conselleria de Medi Ambient, de no limpiar los torrentes y favorecer, de esa forma, los desbordamientos. La propia consellera, Margalida Rosselló quiso ayer quitar hierro a la polémica abogando por la colaboración entre administraciones y recordando que el mantenimiento de los torrentes es una tarea que compete también a los diferentes ayuntamientos. «Los torrentes tenemos que cuidarlos entre todos y colaborar para solucionar problemas sin polémicas».

Rosselló reconoció que el presupuesto para estos trabajos «podría ser más importante» aunque coincidió con su director general al señalar que no se trata de un problema de limpieza. «Nosotros priorizamos las actuaciones en los torrentes inmersos en zonas urbanas, e intentamos proteger el entorno natural en dichos trabajos, pero no podemos evitar desbordamientos cuando caen 150 litros de agua en una noche», señaló.