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«Donde mejor funciona un hotel de cinco estrellas es en la playa»
Miguel Obrador es director de dos hoteles de la compañía Globalia, el Botel (106 plazas), en Puerto de Alcúdia; y el Palace (143), en la Playa de Muro. Dos hoteles especiales, el primero porque, dado su enclave y entorno, da la impresión de que estás pasando las vacaciones en el Caribe, a pesar de que para llegar hasta él debes atravesar todo un puerto deportivo. El segundo, por su comodidad, confort y, sobre todo, grandiosidad, pues es una especie de Partenón trasplantado al siglo XXI. En él, nos consta que, en su corta vida, han estado algunos famosos de postín, por ejemplo: el entrenador del Madrid, Vicente del Bosque, y su familia, que llegó a principios de este verano; el también madridista Fernando Morientes, que llevó a cabo parte de su recuperación física en su gimnasio; Norma y Carla Duval, el seleccionador nacional de fútbol sala y, pese a que no se pronuncien al respecto, seguramente por aquello de preservar la intimidad del cliente, nos consta también que, tratando de ocultarse de la prensa, que no los dejaron ni a sol ni a sombra a principios de verano, Boris Becker y su ex, Bárbara, y el músico Nacho Cano (de Mecano), han pasado algunos días en él.

Pepote Ballester, ayer en el «Fortuna»
A no mucho tardar, a mediados de la presente semana, la Reina pondrá punto final a sus vacaciones en Marivent. Si el pasado viernes estuvo acompañada en el «Fortuna» por los duques de Lugo, mientras que don Felipe navegaba a Cabrera a bordo de la auxiliar del yate, con la que antes, se ve que para probarla, se acercó hasta Cala Figuera, ayer, domingo, la Reina tuvo como invitados a bordo a los duques de Palma con sus hijos y a Pepote Ballester y a otros tres regatistas, que llegaron a Portopí minutos antes de que lo hiciera doña Sofía, a la que, dicho sea de paso, se ve muy feliz y contenta. Al Heredero no le vimos. ¿Habrá regresado a Madrid? Antes de iniciar la travesía hasta Cabrera, la Reina, los duques de Palma y Pepote estuvieron departiendo durante unos minutos en la popa del yate. Como muchos de ustedes recordarán, Pepote Ballester invitó a su boda, celebrada en la Bonanova, como testigos, a la infanta Cristina y al príncipe don Felipe.