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El Trofeo Breitling ha finalizado. Ahora hay que pensar en la Copa del Rey, que se disputará en la bahía de Palma en la primera semana del próximo mes de agosto, que contará con una numerosa participación de embarcaciones, entre las que se encontrará el «Fram XV», el barco que patronea el rey de Noruega, Harald, quien llegó a Palma ayer, y que al igual que en años anteriores se hospeda en el viejo, pero bello, por lo clásico de su línea, yate real «Norgue», amarrado en el muelle de Portopí, a escasos metros de donde está el «Fortuna».

El rey Harald llegó solo, me refiero a que no le acompañó ningún miembro de su familia, y lo hizo tras haber celebrado en el palacio real de Oslo el cumpleaños de Hakoon, su hijo y heredero, que tuvo lugar anteayer, y al que asistió su prometida, Mette Marit, con quien se casa a mediados del próximo mes de agosto, boda a la que irá el príncipe don Felipe, veremos con quién, si es que no decide asistir solo. Casi ocultándose el sol por el horizonte, el rey de los noruegos se asomó a la cubierta del barco. Luego le vimos hablar con algunos tripulantes, terminando por sentarse un ratito en torno a una mesa sobre la cubierta de popa. Luego desapareció.

Poco después llegó a la base naval el rey, acompañado del capitán del «Fortuna». ¿A echarle otro vistazo como el día que llegó? No. Don Juan Carlos quiso probar la nueva lancha, la zódiac de la que les hablé la semana pasada "quinto barco de la flota de vacaciones de la familia", que llega como auxiliar del yate real, pero que seguro que el Príncipe, o algún otro miembro de la Familia, utilizaran este verano. Ya verán como sí, pues se trata de una máquina irresistible para todo aquel al que le guste la motonáutica.