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Se llama Vanessa Pieras, tiene 22 años, luce unas envidiables medidas de 90-65-93, tiene unos preciosos ojos color verde y cabello oscuro. Se dedica profesionalmente a llevar el negocio familiar y en su tiempo libre le encanta pintar a pincel. Otra de sus pasiones es salir de compras y estar siempre a la última moda, aunque confiesa que «lo importante es crear tu propio estilo aunque en ocasiones no se vaya a la moda».

Para Vanessa el mundo de la pasarela y la fotografía no sólo es un hobby, también una profesión a la que le gustaría dedicarse, aunque su verdadera ilusión profesional es ser azafata de vuelo, para ello está ahorrando dinero para poder estudiar. En cuanto al turismo, Vanessa asegura que «el turista alemán se está pasando, ya que en ocasiones, aunque no hay que generalizar, se comporta como si Mallorca fuese propiedad suya e incluso son más sucios y mal educados que en su país». De las cosas que más odia en esta sociedad son la delincuencia y las drogas, «son dos cosas que no soporto».

Otra de las cosas que le preocupan es que para la gente joven es prácticamente imposible comprar un piso o una casa, ya que los precios inmobiliarios son excesivos». Entre sus locuras más confesables está la de poder realizar algún día puenting. Confiesa no tener novio pero la manera más inteligente de seducirla es tener buen humor y una mirada sincera y transparente; «son dos cualidades fundamentales, más que tener un físico atlético o ser guapo.

Claro que tenerlo todo sería maravilloso, pero lo realmente importante es que ese hombre tenga un buen corazón». Vanessa admite que no cree que sea un desastre en la cocina, ya que todavía no se ha puesto manos a la masa. Le encanta la paella y el pecado, que comete casi a diario, es devorar dulces, pasteles y helados.