El president Francesc Antich besa a la presidenta del Consell. Foto: JAUME MOREY

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La presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, lanzó ayer una arriesgada propuesta al exponer públicamente la necesidad de poner limitaciones a la entrada de más residentes a Mallorca. «Hay que procurar poner limitaciones a que venga más gente a la Isla porque llegará un momento en que esto no será Mallorca, sino que será Hong-Kong y, cuando eso pase, no vendrá ni siquiera el turismo, ni el de calidad ni el de no calidad», afirmó la presidenta de la primera institución mallorquina. Tras mantener un encuentro con el president del Govern y las presidentas de los otros dos consells, en el que no se habló de urbanismo sino de normalización lingüística, Munar reiteró que es básico para Mallorca que el nuevo modelo de territorio defina un techo poblacional para la Isla.

Munar también consideró que sería conveniente propiciar un decrecimiento turístico «controlado por el sector y por el Govern, que sería positivo porque tendería a un turismo de calidad». En cualquier caso, sí preciso que es negativo que este descenso turístico se deba a causas ajenas, como la mala imagen de Mallorca durante la pasada huelga. La presidenta reflexionó sobre el hecho de que Mallorca ocupa un territorio limitado y se preguntó cuántos habitantes pueden vivir en Mallorca en un futuro determinado. Desde esta reflexión, la presidenta defendió la moratoria urbanística anunciada por el Consell y estimó que, si se comienzan a establecer excepciones, como es el caso de las viviendas de protección oficial, la moratoria será inútil.

Munar consideró que esto es una excusa «para que los de siempre sigan haciendo viviendas» y opinó que no se producirá «una catástrofe» por el hecho de dejar congeladas durante unos meses las licencias para este tipo de viviendas. «Si a todo el que viene se le ha de hacer una vivienda, no servirá de nada tratar de frenar el crecimiento», señaló la presidenta. Munar se mostró además crítica con el sistema de construcción de viviendas de protección oficial, que ha generado 'ghettos' en los que es muy difícil lograr la integración. A cambio, propuso que parte de lo edificios abandonados en las ciudades de rehabiliten y se destinen a este tipo de construcciones.

En cualquier caso, Munar también aseguró estar dispuesta a estudiar este asunto con los demás socios del Pacte. «Soy una persona demócrata que acepta lo que diga la mayoría y, si la mayoría lo ve de otra manera, seguramente se hará así», sentenció. El president del Govern se pronunció ayer sobre la polémica suscitada por la suspensión de la construcción de viviendas sociales y aseguró que se trata de una prioridad del Govern «que se hará para dar respuesta a la problemática de la vivienda». «De ninguna manera se tolerarán normas contra la construcción de viviendas de protección oficial», afirmó Antich.

Mil viviendas sociales que proyecta el Govern, pendientes de la moratoria
Algo más de un millar de viviendas de protección oficial que en estos momentos tiene en proyecto el Govern quedarán en suspenso si se aprueba la moratoria tal y como está redactada, según datos ofrecidos por el president del Govern y por el director genera d'Habitatge, Jaume Carbonero. Carbonero recordó que, en estos momentos, hay más de 4.000 solicitudes para conseguir una de las 75 viviendas de este tipo que se están construyendo en Palma. Carbonero confió en que el Consell modifique su propuesta que calificó de «precipitada». «No es presentable que se pare la construcción de viviendas de protección oficial», insistió.