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PATRICIO CANDIA/JUAN MESTRE Los servicios mínimos, que no se aplicaron en la pasada huelga del transporte discrecional en Balears, se han convertido en una auténtica «patata caliente» para las partes implicadas en el conflicto. Las críticas arrecian hacia todos los sectores, pero nadie se pone de acuerdo sobre quién es el culpable final. La Direcció General d'Transport del Govern había decretado servicios mínimos del 80% en todos los trayectos con los aeropuertos, pero éstos no se cumplieron en absoluto. Por ello, el conseller de Transports, Josep Antoni Ferrer, ha anunciado una investigación para aclarar si las empresas del transporte discrecional comunicaron a sus trabajadores que debían realizar servicios mínimos.

Ferrer no descartó adoptar medidas contra las empresas del transporte que no cumplieron la resolución de la Conselleria de Transports. «El Govern hizo todo lo que tenía que hacer durante la huelga. Es más, a lo largo del fin de semana se difundió un comunicado a las empresas de transporte para recordarles que debían cumplir unos servicios mínimos. Estaba muy claro lo que tenían que hacer trabajadores y empresarios durante la huelga», añadió Ferrer. Añadió que la Delegación del Gobierno también ofreció protección a los empresarios para que pudiesen sacar a la carretera los autobuses para cumplir los servicios mínimos. «Los empresarios alegaron que no sabían cómo convocar a sus trabajadores», añadió.

El secretario general de Turismo, Juan José Güemes, pidió al Govern balear que cumpla con su obligación de fijar «con suficiente antelación» los servicios mínimos para el transporte discrecional de la comunidad y de velar por su cumplimiento. En esa misma línea, el subsecretario del Ministerio de Trabajo, Marino Díaz Guerra, consideró que el Govern «no ha exigido con rigor» el cumplimiento de los servicios mínimos de la huelga, mientras que el ministro de Economía, Rodrigo Rato, dijo que las autoridades de Balears «deben ser cuidadosas» y que, si no se llega a un acuerdo sobre el transporte, establezcan «de inmediato» unos servicios mínimos «suficientes, de forma detallada y con garantías de cumplimiento».

La delegada del Gobierno en Balears, Catalina Cirer, explicó que el Govern «tiene transferidas las competencias en materia laboral, de transportes y de turismo». «Por lo tanto "dijo" le correspondía la regulación de los servicios mínimos». «Se vio que no había voluntad por parte de unos ni de otros de que se cumplieran los servicios mínimos». El presidente de la patronal del transporte, Jaume Batle, recordó que, pese al ofrecimiento de protección por parte de la Delegación del Gobierno para que se fletaran autocares durante la huelga, tanto los empresarios como los conductores dispuestos a trabajar temieron por su integridad y la de los vehículos y decidieron renunciar a los servicios mínimos. El president del Govern, Francesc Antich, acusó ayer a José María Aznar de «irse de viaje» cuando hay un conflicto, en alusión a la huelga de los pilotos del Sepla-Iberia, mientras que el Govern «actuó de mediador para encontrar soluciones y acercar posturas entre las partes implicadas». Según Antich, «Aznar es un irresponsable por haberse desentendido del conflicto de los pilotos».

El PSM pide a Cirer que «asuma su culpa»
El portavoz del PSM-Entesa Nacionalista, Pere Sampol, exigió ayer a la delegada de Gobierno, Catalina Cirer, que «asuma sus responsabilidades» por los últimos hechos registrados en las Islas. Sampol, que se mostró partidario de asumir las competencias en seguridad, dijo que él no era el más indicado para solicitar la dimisión de «nadie», pero llamó la atención sobre las actuaciones protagonizadas por la Delegación del Gobierno de Balears. En ese contexto, el líder nacional y vicepresident del Govern también, criticó al Gobierno central.