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Concha Velasco, fiel a Mallorca, y a Formentor, pasa su decimoctavo verano entre nosotros. Está sola, «pues la familia va llegando poco a poco, aunque este año vamos a estar menos tiempo que nunca».

A los 61 años, sigue siendo una mujer hermosa, de voz grave y pausada y de dulce mirada. Pese a los malos momentos económicos que padeció no hace mucho, y a los que tuvo que hacer frente, ha seguido caminando. «¿Qué remedio, no? ¿Qué puedo hacer sino seguir adelante?». Llega recién mudada de casa, «y eso "dice" es como un terremoto». Ha dejado una casa muy grande para vivir en otra, «que sin ser pequeña no es como el chalet que teniamos, pero que he tenido que meter en ella las cosas como he podido. Y ha sido duro, ¿sabes?, ya que me he tenido que desprender de muchas cosas, pero... en fin, mirándolo bien, desprenderse de cosas materiales tampoco tiene mucha importancia. Tal vez lo que más me ha emocionado es que cada año me llevaba esquejes de Formentor, que plantaba en mi jardín, por lo que seguía oliendo a Formentor. Ahora ya no podrá ser. ¿Y sabes lo que ha pasado? Que anteayer, cuando llegué a Formentor y olí su aroma, me acordé de mi jardín. Y me emocioné. Pero como soy una persona que está acostumbrada a echar hacia adelante, a veces inventado historias para tener la sensación de que no pasa nada, o que no ha sido más que otro episodio de la vida, me he dicho que hay que seguir trabajando».

"¿Qué has hecho este año?
"He hecho cine, «Los pasos perdidos», una película que se va a estrenar, y que he simultaneado con el teatro. Realmente el trabajo no me ha faltado.

"¿Y qué vas a hacer en adelante?
"«Hello Dolly». En el 66 vi esa obra en Londres, interpretada por Mary Martin, y me dije que algún día la haría yo. Y ese sueño parece que se convertirá en realidad.