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¿Dónde está el policía?
Dentro de las malas noticias que en estos días se producen en Son Sant Joan con motivo de la huelga de transportistas, les voy a dar una de buena: policías de paisano, mezclados entre los pasajeros, vigilan. Se sitúan frente a las cintas transportadoras de maletas y, al azar, piden a cualquier viajero que se identifique y cuente lo que lleva, o bien le invitan a pasar a unas dependencias para que lo muestre. La medida es buena, porque así hay un mayor control. En la mañana de anteayer, cuando todavía no había estallado la huelga, nos tocó en suerte identificarnos, cosa que hicimos gustosos. A partir de ahí seguimos a los dos policías, de paisano con bolsa de viaje de una conocida agencia al hombro, para verlos en acción y, la verdad sea dicha, el trabajo que realizan es excelente, porque encima uno de ellos habla perfectamente inglés. Por otra parte, desde que una compañía de seguridad se ha hecho cargo del control de las puertas de embarque, el viajero tiene que mostrar la tarjeta de ídem, con lo cual se evita que se cuele alguien, como antes. Pese a lo cual, aunque pocos, se cuelan, alegando que van a despedir a un familiar o algo por el estilo. No queremos decir que todos, pero sí algunas de estas personas son rateros que, una vez dentro, salen como si fueran pasajeros que vienen a la Isla, y se sitúan frente a las cintas con la intención de pillar alguna maleta. Si el propietario les sorprende a ellos en el intento, con decir que, «perdone usted, me he equivocado, pues es igualita que la mía», lo tienen solventado. ¿Que no los pillan? Pues salen rapiditos con el botín. Así que, ¡al loro!