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Muro acogió ayer domingo el primer festejo taurino de la temporada. Al contrario que en otras corridas de toros en esta ocasión la carne de los toros, una vez muertos, no se pudo comercializar como venía siendo costumbre. El mal de las «vacas locas» ha llegado también a los toros de lidia, y según la normativa europea deben ser incinerados. El veterinario Juan Oliver, experto en este tema que nos ocupa, fue uno de los dos asesores que actuaron en el palco.

"¿Sigue sin poderse comercializar la carne de toro de lidia?
"Sí. Si las reses bravas se miraran o analizaran una vez muertas y no se detectara el mal de las «vacas locas» previa destrucción de los llamados MER (materiales específicos de riesgo) como cerebro, médula, intestinos etc, estos se podrían comercializar como otros animales. En el caso de las reses bravas, dado que si hubiese un animal positivo, tendría como consecuencia el sacrificio de todo el hierro. Los ganaderos ante tal situación optan por incinerar y destruir los animales que se lidian.

"¿Se acoge este hecho a alguna normativa?
"Todo ello se acoge a unas normativas sobre encefalopatías espongiformes transmisibles de los animales, promulgadas a nivel nacional.

"¿Cómo se solucionará este problema en Mallorca cuando haya corridas de toros si no existe una incineradora?
"En los correspondientes de Muro e Inca los animales se transportarán (como en el caso de los MER de los mataderos de la Isla) a centros autorizados de la Península, lo que conlleva instalarlos en un medio de transporte adecuado hasta llegar a la incineradora. Esto resulta un problema para la empresa que organiza el festejo ya que el hecho de estar en una isla condiciona unos problemas que no existen en la Península.