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La fiesta del Corpus gozó de gran solemnidad en Palma, siendo multitudinaria la presencia de público y fieles que asistieron y participaron en los actos eucarísticos programados. En la Seu, adornada con sus mejores galas, y que registró un lleno total de fieles, el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, presidió la misa solemne. Acabada la misa, se abrió el portal mayor para dar inicio a la solemne procesión. Fuera esperaba mucho público, que respetó la alfombra floral que formaba un tapiz en la explanada.

El cortejo lo abrió la Sección Montada de la Policía Local, seguida de los Tamborers de la sala, cossiers y cavallets de la Escola de Mísica i Dansa de Mallorca precediendo a la cruz procesional popularmene conocida como sa Lledània, que fue portada por miembros de las cofradías de penitentes de Palma. Justo detrás acompañó con los sones propios de la festividad «Cantemos al amor de los amores» y «Padrenuestro», la Agrupación Musical Jesús del Buen Perdón.

En este momento se integraron la Hermandad del Rocío de Palma, que estrenó nuevo pendón con bordado exclusivo del escudo de Palma y que desfiló portando el simpecado portado por miembros de la junta. Fueron numerosos los miembros de esta hermandad que participaron portando sus medallas junto al padre Sebastián Feliu. También aportaron sus estandartes tres cofradías de Palma. A continuación, se incorporaron los fieles, de todas las edades, entre los que se encontraban muchos niños, algunos vestidos con sus trajes de primera comunión, jóvenes y religiosos portando cirios encendidos que habían recogido en el portal mayor del templo.