TW
0

Se cumplen 40 años de la publicación en el diario británico «The Observer» de un artículo de Peter Benenson titulado «Los presos olvidados» "se refería a unos estudiantes portugueses condenados por hacer un brindis por la libertad", y se considera como la fecha oficial del nacimiento de Amnesty International. El nacimiento de la organización hoy conocida en todo el mundo tuvo desde el principio fuerte relación con la Península Ibérica "recordemos que tanto España como Portugal vivían entonces bajo sendas dictaduras", ya que tras el detonante portugués el desarrollo de AI se centró en las campañas de los exiliados españoles en Inglaterra en favor de unos presos políticos que en nuestro país eran objeto de todo tipo de arbitrariedades. Y ello pese a que no fue hasta 1976 cuando se crearon las primeras secciones de AI en suelo español, debido a la prohibición expresa del franquismo. Desde el principio, esta organización ha exhibido criterios de una independencia tal que le han impedido aceptar cualquier tipo de subvención, lo que la hace radicalmente distinta a cualquier otra ONG. El sistema de trabajo de AI se centra siempre en casos concretos, nunca en regímenes políticos, lo que revela inequívocamente la importancia que a los derechos del ser humano se les da, por encima de toda idea o credo. La tortura, la injusticia, el crimen político, la detención arbitraria, el atropello en suma de las más elementales libertades, han constituido los objetivos de combate de una organización que se ha ganado el respeto de los habitantes del planeta que creen en un hombre libre y por tanto llamado a vivir en paz y disfrute de sus derechos. Sus cuatro décadas de existencia la avalan, muy por encima de las críticas "la mayoría de ellas injustificadas y que guardan relación con su respetable independencia". Y ése es un bien que nadie podrá quitar a aquéllos que con su esfuerzo hacen posible la existencia de una Amnistía Internacional siempre atenta a defender a quienes se les niega el derecho a la defensa.