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Pere Cañellas fue reelegido ayer noche por unanimidad presidente de la Federación Hotelera de Mallorca en la asamblea convención que tuvo lugar en el hotel Playa Esperanza de Muro, y en cuyo acto de celebración, que contó con la asistencia de 250 personas, no hubo ningún representante político por instancia de la propia Federación para evitar suspicacias y no agudizar el enfrentamiento que mantiene con el conseller de Turisme, Celestí Alomar.

Cañellas, que estará arropada en la nueva junta por Ignasi Esteve, Sebastiana Moranta, Antonio Buades, Luis Carrasco, Ferran Porto, Joan Vives, Miquel Àngel Fornés y Jordi Cabrer, puso de manifiesto en su discurso el clima de crispación que se ha creado en la sociedad balear con el impuesto turístico, «estos dos últimos años han supuesto la condena generalizada de la actividad turística y, sobre todo, de la clase empresarial hotelera. Han sido dos años de crítica injusta y permanente de nuestra actividad. Dos años en los que cada palabra, cada dato, y cada declaración nuestra han ridiculizados y condenados».

El presidente de los hoteleros fue aún mucho más duro, dado que afirmó que estos dos últimos años «han sido de política sucia, de mentiras y medias verdades, de persecuciones personales, de inspecciones exhaustivas, de dobles lenguajes, de campañas públicas contra un sector privado que genera mucha riqueza para esta tierra. Ha sido, en suma, vergonzoso ver cómo en tan poco espacio de tiempo se ha conseguido deteriorar la imagen que históricamente tenía Mallorca en Europa».

En su balance de los cuatro años que ha estado al frente de la patronal, puntualizó: «Nunca imaginé lo que la junta directiva, el sector empresarial que representamos y la propia presidencia ha tenido que pasar, sobre todo en los dos últimos años. Años horrorosos y bochornosos a nivel personal como de la institución». En relación a la posibilidad de que el Gobierno de Madrid presente un recurso de inconstitucionalidad contra la ecotasa, Cañellas dijo que «puede ocurrir que cuando el Gobierno de Madrid presente, si lo hace, el recurso disminuya la presión mediática, lo que será positivo. Pero la pesadilla de la ecotasa no ha terminado y la imagen negativa de Mallorca en Alemania tardará cuatro años en recuperarse».