Miguel Torres y Luis Peinado explican las consecuencias de los accidentes de tráfico

Hasta el próximo día 18 estarán en la Universitat de les Illes Balears para concienciar a los estudiantes que un accidente de tráfico puede acarrear muchas más secuelas y molestias de las que en principio podrían imaginar. «Estoy así porque un fin de semana, como cualquier otro, salí de copas y me quedé dormido en el coche. No recuerdo nada más. Sólo sé que había bebido. También influyó el cansancio, ya que había trabajado mucho esa semana. Al recuperarme estuve bastante jodido, pero valoré la suerte de estar vivo», asegura Torres.

Cada día ofrece, junto a su compañero, 16 «clases» en la UIB, donde explica su experiencia, tanto después de su accidente como en el desarrollo de su vida cotidiana. «Es preciso incentivar la reflexión de los jóvenes sobre los accidentes de circulación. Muchas personas, en general, no creen que a ellos les pueda suceder un día, por eso cometen imprudencias», matizó ayer Àngeles Gómez, coordinadora de la campaña de Mafpre. «Tengo la espalda fijada con varillas, hacia abajo no tienes sensibilidad. Una lesión de estas características no es simplemente que te quedas sin poder caminar, supone muchas más molestias. Sufrimos de incontinencia. Utilizamos bolsas de orina», matiza Torres.

Sin embargo, los dos jóvenes están lejos del desánimo y del pesimismo. Pese a las dificultades que les supuso superar el accidente, pronto afrontaron con decisión su nuevo futuro. «Ahora valoramos más las cosas de la vida. En general realizamos mucho deporte, y cultivamos numerosas aficiones», asegura Peinado.