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Michael Douglas mostró ayer por la tarde a Catherine, y a sus amigos, los Riley, cómo son las fiestas de moros y cristianos de Sóller, que él ya conocía desde hace años, cuando fue a disfrutar de ellas aquella tarde con su hermano, Joel, en la que iba tocado de gorra viser,a que un moro le arrebató, soltándole tal descarga de trabuco que la atravesó, lo cual no impidió que cuando Douglas la recuperó se la colocara de nuevo sobre su cabeza, como si nada.

Pues en esta ocasión, el espectáculo lo divisaron desde el mar, a bordo de una zódiac, ya que desde tierra era prácticamente imposible disfrutar de él debido a la cantidad de gente que, cuando bajaron a tierra, se les acercaba a fotografiarlos "con decirles que alguien que estaba allí nos envió a través de e-mail dos fotos de ellos, en la terraza del bar, ¡muchas gracias!", y a pedirles autógrafos, así que ante tal panorama optaron por regresar a la zódiac y contemplar el espectáculo desde el mar. Excepto Michael, los demás se pusieron en bañador; Catherine, en bikini azul.

Por cierto, el «Sunday Express» cuenta que a Zeta"Jones le ha sorprendido, y no de forma agradable, saber que ciertos touroperadores británicos ofrecen la excursión a Valldemossa vendiendo solapadamente que, de paso, si van, podrían encontrarse con los Douglas, cosa de la que servidor recela, entre otras cosas porque no es fácil hablar con ella. Por último diremos que este mediodía, Michael, en Costa Nord, donde se reunirá con la presidenta del Consell de Mallorca, hará balance del primer año de vida de la Fundación y explicará los planes para el futuro.