La presencia de los buques de asalto anfibio norteamericanos destacó ayer por la intensa vigilancia. Foto: G.A.

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El puerto de Palma recibió ayer la visita del portahelicópteros de asalto anfibio norteamericano USS Kearsage, que permanecerá atracado en el Dique del Oeste hasta el próximo día 18, junto a otra unidad. Este navío, que posee una dotación superior a los mil tripulantes, puede embarcar además un contingente de marines cifrado en 1.870 efectivos y va equipado con un gran dique inundable que acoge desde carros de combate a diversos vehículos de desembarco.

Nada más franquear la bocana, tres potentes remolcadores debieron ayudar en el atraque de la fortaleza flotante, complicada al tener que maniobrar su casco, de 40.532 toneladas de desplazamiento, en un reducido espacio portuario. Al fin, tras media hora de maniobra, sus 257 metros de eslora por 42 de manga y 8 de calado quedaron situados y escoltados por centinelas armados.

El atentado sufrido por la Marina de los Estados Unidos en Yemen, ha suscitado un fuerte incremento de los niveles de seguridad en torno a sus buques, incluso en países aliados, miembros de la OTAN. Esta situación ha llevado a incluir los muelles y estaciones marítimas pertenecientes a países amigos como áreas sujetas a vigilancia USA, redundando la función propia de las fuerzas del orden público de naciones soberanas, como ocurrió ayer en Palma.

El Kearsage pertenece a la clase Wasp, que consta de cinco unidades y deriva de la serie Tarawa. Puede embarcar a 30 helicópteros de varios tipos y ocho aviones Harrier y dispone de misiles Sea Sparrow y artillería menor, estas unidades responden a tres conceptos navales prioritarios, como son el disponer de una amplia cubierta de vuelo con hangar; un dique inundable apto para el transporte y despliegue de medios anfibios y capacidad para alojar una unidad de combate del U.S. Marine Corps. Las bodegas alojan camiones, municiones, pertrechos y materiales de infantería diversos.