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EFE"PALMA Margalida y Bartolo se fueron de Palma en 1951, jóvenes y recién casados, hacia una Argentina que prometía la fortuna imposible en su tierra y ahora, medio siglo después, vuelven con sus pertenencias en dos cajas de cartón a enfrentar sus recuerdos con una Mallorca «nueva» por el resto de sus días. «Creo que fue una equivocación, no sólo mía, sino de muchos que se fueron de su patria», sentencia Bartolomé Roig, de 81 años y cuyas prótesis de caderas soportan el peso de muchos años trabajando de «mozo» en un Buenos Aires inhóspito para los pobres.